A pesar de la feroz estocada que el presidente Iván Duque le dio a la Justicia Especial para la Paz, JEP, al objetar 6 de los 159 artículos de su estatuto que fueron aprobados por mayoría absoluta en el Congreso y declarados exequibles por la Corte Constitucional, esta entidad sobrevivirá. Ese es el mensaje que se puede colegir de la contundente réplica dada a la intervención presidencial por la representante a la Cámara Juanita Goebertus en la alocución que hizo anoche a nombre de la oposición y haciendo uso por primera vez en la historia al derecho de réplica que fue aprobado por el Congreso el año pasado y que fue reglamentado por el Consejo Nacional Electoral.
Sin lugar a dudas, la noticia política del año fue la intervención presidencial en la cual el primer mandatario de los colombianos, con espíritu conciliador como dijo Juanita, con piel de oveja como dijeron muchos, objetó 6 artículos del Estatuto de la JEP aprobado en el Congreso y declarado exequible por la Corte Constitucional. Pues bien, la vocera del Partido Verde, el Polo Democrático, Colombia Humana, la UP y el reciente creado partido de las Farc señaló las objeciones “por conveniencia” del gobierno nacional como un sofisma de distracción de los grandes temas nacionales que si unen y como una estrategia electoral.
La controversia generada por las dos intervenciones ha ocupado todos los espacios políticos de los grandes medios nacionales, de las redes sociales y los más representativos voceros de la política en el país, continúan dando sus apreciaciones sobre el espinoso tema; pero sin ser politólogos de abolengo y teniendo en cuenta la sensación generalizada que se presenta entre la gente, se puede decir que el presidente Duque sacó las uñas y atacó de frente el proceso de paz, buscando devolverlo a una discusión que ya se dio, cuyas conclusiones ya forman parte de nuestro Estado de derecho y que volver a las mismas, es volver a la guerra que durante décadas desangró al pueblo colombiano.
La frase del constitucionalista y exministro de Justicia Yesid Reyes, cuando asegura que “el estatuto de la JEP ya fue declarado exequible por la Corte Constitucional y volver a discutirlo pone en riesgo la paz por la cual han luchado durante tanto tiempo los colombianos”, suena poderosamente en el pensamiento de todos, e incluso, muchos de los que quisieran que el proceso de paz se derrumbara, porque para sus adentros reconocen las enormes bondades que le trajo a Colombia: la paz está por encima de cualquier rencilla, odio o venganza, dicen con razón muchas de las personas del común, incluyendo los voceros del liberalismo y del partido de la U en el Congreso.
Y es que el Congreso tiene la palabra, por eso debe demostrar que sus decisiones están por encima de las conveniencias políticas de líderes y gobernantes. Además, es vital que acate las decisiones de la Corte Constitucional, ya que el presidente no lo hizo escudándose en esa retórica leguleya que siempre sirve como cortina de humo para esconder lo que verdaderamente se propone el gobierno.
Sin ser de izquierda o derecha, sin darle la razón únicamente a la oposición por las declaraciones de su vocera, quienes vivimos en el pleno corazón de la guerra, quienes perdimos familiares y amigos por esa lucha fratricida, no queremos que esa maldición regrese a nuestra tierra, no queremos seguir metidos entre las balas, el temor y la zozobra y a eso nos llevaría el que el Congreso le diera la razón al presidente. Evidentemente, la feroz estocada presidencial fue muy dura, pero apelamos a la prudencia y el sentido común de los congresistas para que esa estocada no surta el efecto esperado y la JEP salga indemne del alevoso ataque. Eso es lo que esperamos los colombianos que creemos en nuestra democracia, que creemos en el Estado de derecho.