Un comienzo de mandato cargado de crisis, desaprobación e inestabilidad política. El presidente peruano Pedro Castillo cumple este jueves 28 de julio un año en el poder y muchos consideran que su continuidad en el cargo podría estar en el limbo.
Como maestro rural, sindicalista y con un discurso que pretendía romper con la manera de hacer política en Perú, Castillo llegó a la presidencia el 28 de julio de 2021, fecha en que el país andino cumplió su Bicentenario como república.
Prometía mejoras en el sistema educativo, trabajar por el desarrollo rural y aseguraba que lucharía por la unidad de un país fragmentado. Doce meses después, muchos de sus proyectos de campaña siguen en el tintero, rezagados por múltiples crisis políticas e investigaciones en su contra.
Un año que también ha estado repleto de polémicas. Según el diario ‘El Comercio’, “el y su entorno han protagonizado, durante su administración, 237 situaciones polémicas. Es decir, cada 36 horas, en promedio, el Ejecutivo fue centro de un nuevo cuestionamiento”.
Este jueves Castillo dará un balance de lo que ha sido su primer año de gestión ante un Congreso que busca decididamente destituirlo y ante una ciudadanía que duda, cada vez más, de su capacidad como líder.
Castillo contra las cuerdas: las cinco investigaciones contra el presidente
Recién juramentado, Castillo hacía frente a las primeras acusaciones en su contra. Se le responsabilizaba de las irregularidades en la adjudicación del contrato del puente Tarata. Asimismo, el presidente fue investigado por el caso de la estatal Petroperú.
Un escándalo que salpicaba al exministro de Transportes, Juan Silva; al exsecretario de Palacio Bruno Pacheco; y a su sobrino Fray Vásquez. Los tres estuvieron prófugos de la justicia; Pacheco hasta este martes.
Tras estas primeras denuncias, la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, añadió un nuevo caso en su contra: el presunto plagio de su tesis de maestría. También le acusó de obstruir en la búsqueda de sus excolaboradores.
Así, el mandatario se enfrenta a cinco investigaciones que lo acusan de obstruir a la Justicia y de presunto tráfico de influencias.
Los recurrentes pedidos de vacancia
Un tercer intento de vacancia marca la fecha en que Castillo cumple un año en el poder. Esta se derivó, precisamente, de la determinación de la fiscal de la Nación de investigarlo por obstruir a la Justicia.
Un panorama complejo al que se le suma otro importante factor: la entrega voluntaria del exsecretario de Castillo, Bruno Pacheco, acusado de corrupción. Pacheco se presentó a la Justicia con una lista redactada presuntamente por el presidente para realizar unos ascensos en las Fuerzas Armadas y la Policía.
Este sería un incentivo más para que el Congreso pretenda sacarlo del cargo. Ya en marzo la oposición buscó destituirlo por “incapacidad moral”, pero no obtuvo los 87 votos necesarios para ello en el Congreso.
Esta vez podría ser diferente. Castillo ha perdido múltiples de los principales apoyos que lo llevaron al poder, y si antes era criticado por las fuerzas de derecha y extremaderecha, ahora diversos de sus sectores más afines también amenazan con destruirlo para “preservar” la democracia del país.
Según la analista política Gelin Espinoza, consultada por la Agencia EFE, "él mismo ha generado el insumo y está generando dudas en la población porque no se muestra transparente, ese ocultar a uno le genera sospechas".
Ya en el pasado más reciente, en novimebre de 2020, una moción como esta impidió que el expresidente Martín Vizcarra terminara su periodo presidencial. La de la incapacidad moral permanente, no obstante, es una fórmula recurrente en el Legislativo peruano para vacar a los líderes del Ejecutivo.
Cambios ministeriales, la constante del Gobierno de Castillo
19 son los ministros del gabinete peruano. En el año de mandato de Castillo ha habido más de 50 caras diferentes en estos cargos. Una inconstancia que le ha valido parte de su credibilidad.
Además de estos múltiples cambios, el mandatario ha sido criticado por nombrar personas poco preparadas para ejercer dichas funciones.
Su más reciente nombramiento delata la volatilidad de su gabinete. El presidente nombró a Willy Huerta como ministro del Interior después de destituir a Mariano González, quien llevaba solo 15 días en el puesto. Así, Perú conoció a su séptimo ministro de dicha cartera en tan solo 12 meses.
Además, fue el propio González quien acusó a Castillo de haberlo sacado del cargo por haber creado un un equipo especial de la Policía para apoyar a la Fiscalía en los casos abiertos contra el mandatario y otros altos funcionarios.
Sus propuestas más contundentes, en el limbo
El maestro y sindicalista era un abanderado de que el país latinoamericano tuviera una nueva Constitución. Castillo abogó por la conformación de una Asamblea Constituyente. Sin embargo, en el Congreso se rechazó dicha reforma a la Carta Magna.
La inflación también preocupa a Perú. En junio esta llegó al 8,81%, el máximo desde 1997, tal como lo expone ‘Bloomberg Línea’.
Y Castillo ha perdido, en gran parte, el apoyo empresarial. Según dicho portal, “desde mayo del 2021 al mes de junio de este 2022 las expectativas empresariales a tres y 12 meses recogidas por el Banco Central de Reserva se mantuvieron mayormente por debajo de los 50 puntos, es decir, en el tramo pesimista”.
Cuando el presidente se dirija a la nación este jueves, tendrá que hacerle frente a una desaprobación que según los más recientes sondeos de Ipsos llegó al 74%, cuatro puntos más que en el mes pasado.