¿Qué pensar de lo que sucede en Colombia cuando en una semana se solicita la detención de una persona por sentarse a beber whisky con un jefe paramilitar y a la otra el Presidente de la Republica declara que ha otorgado permisos para que Congresistas se reúnan con miembros de la guerrilla de las FARC?.
Lo peor es que ahora y bajo el marco del proceso de paz tener encuentros con guerrilleros acusados de los más grandes homicidios y despojos en el país no es delito y se está en todo el atrevimiento de deslegitimar investigaciones de órganos de control como la procuraduría aduciendo una “cacería de brujas” aun cuando de forma clara y directa se han cometido conductas tipificadas como delito ante la ley.
Reunirse con paras o con las FARC sea a sentarse a tomar whisky en una linda finca de cualquier lugar del país o viajando hasta la Habana debería tener el mismo trato ante la justicia y más se esto último se hace en secreto.
Incoherencias de este tipo no pueden ser toleradas o ¿será que este proceso de paz está conduciendo a un despeje judicial a favor de las FARC? ¿Será que las leyes y el código penal son inoperantes mientras el gobierno intenta acordar la paz?.
Por esta razón es que hoy se puede ver que en Colombia se otorgan permisos para delinquir.