Es importante recalcar la ética en los medios masivos de comunicación, además de la responsabilidad y ante todo el deber que estos tienen al centrar su atención en las masas.
Estos deben tener en cuenta que las noticias, columnas de opinión o reportajes periodísticos están bajo la distribución de una organización como empresa y que a pesar de que tengan el nombre del autor siempre están ligados a la organización.
De esta manera es importante preguntarse: ¿podemos hacer periodismo sin ser amarillista? En un mundo globalizado donde abundan las redes, cada medio está luchando por ser leído, escuchado y convertirse en tema de opinión.
Por eso se ven titulares sensacionalistas, acompañados en su mayoría por imágenes que aumentan el morbo de los lectores, y que están seguidos por una noticia que (más que aclarar hechos y sucesos bajo una respectiva investigación periodística adecuada) solo deja ver la falta de principios éticos: aprovecha el dolor y la tragedia de algunas personas para captar la atención de las masas con periodismo amarillista.
La labor del comunicador social es más importante y compleja. Por eso debemos tener un respeto con nuestra sociedad y trabajar bajo procesos investigativos que lleven a la participación activa, crítica y responsable no ideologizada, ni mucho menos con fines amarillistas o sensacionalistas. Debemos ser éticos e íntegros bajo temas de interés social.