Hace años cuando quise estudiar comunicación social y periodismo tenía un ideal de lo que esperaba fuera la carrera, como todos creo. La gran mayoría seguramente pensamos en pantallas, cámaras, televisión, ser famosos y miles de cosas que hoy, a punto de terminar mis estudios, considero absurdas.
El periodismo es algo de altos y bajos, pero es algo que nunca será fácil. Para ser periodista hay que sentirlo por dentro, tener siempre esas ganas por querer saber más, buscar siempre llegar más a fondo y, sobre todo, preocuparse por los demás. Esta carrera, al igual que todas, tiene que mover vibras por dentro, si no es así no es nuestra vocación, esta debe motivar. Además, creo yo que lo más importante es querer que por medio de todo lo que puedo decir o plasmar generar algo en la opinión pública, ese es el objetivo de esto: que movilice a las personas y que no solo se queden con lo que se les dice, sino con el deseo por estar informados de todo lo que ocurre. ¿Cómo logramos eso? Siendo buenos en lo que amamos hacer, esa es la única clave.
El periodismo es una de las carreras que muchos jóvenes eligen, pero no todos por tener esos deseos de cambio, sino por esos pensamientos absurdos e idealistas de conseguir la fama. Eso es un gran problema, ya que la calidad de los periodistas no está en cómo presentan frente a una cámara, sino en su capacidad de investigación y en cómo pueden usar esa información para construir productos de calidad que sean de interés para los demás y que a su vez despierten algo en los receptores de este mensaje, ya sea rabia, alegría, confusión, cualquier cosa, el punto está en despertar el interés en las personas. Actualmente esto no pasa, ¿por qué? Al no tener ese deseo e interés por la investigación se formarán profesionales vacíos que no querrán ir más allá de la información básica que les brindan.
Por otro lado, hay algo que está a nuestro favor, pero que no todos han sabido aprovechar. Como lo dice Jineth Bedoya, junto con la aparición de la tecnología y el auge de las redes sociales, el periodismo cambió. Ahora tenemos una herramienta nueva, pero que puede ser de doble filo, con cosas correctas y erróneas, pero con algo claro, y es que es un canal de difusión de la comunicación óptimo, brindándonos como periodistas diferentes formas de compartir información y nos brinda la oportunidad de ser recibida de diferentes maneras.
Nuestra calidad humana es lo que realmente nos hace buenos, no podremos cubrir algo sin sentirlo y sin ponernos en el lugar de cada uno de los involucrados, esto nos brindará una visión diferente de los sucesos y la calidad de nuestro trabajo será mil veces mejor, es lo más importante.
Ponernos en el lugar del otro para poder entender y trasmitir su historia, no solo desde nuestra perspectiva como observadores, sino que en lo que queramos comunicar se sienta a la persona, porque eso es lo que atrae a los demás, el sentirse identificado, con esto conseguimos producir emociones en la opinión pública, siendo que el objetivo de todo esto sea eso, producir algo.
Hoy en día me siento feliz conmigo misma por poder ver esta carrera por el lado que es, no por ser famosa o tonterías así, sino por el lado en el que por medio de mí y de mi trabajo ayudaré a alguien, ya sea contando su historia o enseñándole algo que un minuto antes de leerme no sabía.
