Las guerras y las catástrofes naturales revelan las peores miserias, los actos de crueldad y la cobardía de la que son capaces los seres humanos; pero también los mayores actos de heroísmo, entrega y solidaridad en las circunstancias más adversas. Nadie me lo ha contado: a lo largo de casi cuatro décadas en los rincones más castigados del planeta, he sido testigo de esas dos facetas de la condición humana.
Quizás fueron esas experiencias y la sensación de estar reviviendo una de tantas posguerras —que generalmente son tan o más cruentas que las guerras que las engendraron— lo que en esta interminable pandemia me llevó a publicar diariamente una newsletter o boletín con aquellos artículos, crónicas, documentos imprescindibles para sobrevivir y/o tomar decisiones en pandemia.
En este contexto de fake news, de guerra de laboratorios y de vertiginosos cambios de paradigmas en los que las vacunas y la salud se transformaron en la principal herramienta de la geopolítica, combatir la infodemia, la desinformación y los prejuicios chauvinistas y nacionalistas exacerbados por el miedo y la convivencia diaria con la muerte y la enfermedad representa todo un desafío, aunque nada comparable al de los médicos, enfermeros y personal de salud en su conjunto.
Poco a poco a mi red de suscriptores se fueron sumando periodistas —en muchos casos de medios enfrentados por la grieta— e infectólogos buscando y también compartiendo información científica, además de funcionarios que a diario buscan referencias en experiencias de otras latitudes para tomar decisiones. Así mismo, lentamente se fueron sumando médicos de Colombia, funcionarios de México y Paraguay, y colegas de Panamá, España y Brasil que aportan a diario una sinergia mágica a la información.
Por sugerencia de mis lectores, la newsletter se convirtió también en un canal informativo de Telegram, donde todo aquel que lo desee puede suscribirse de forma gratuita y recibir los siete días de la semana este resumen de cómo la pandemia cambia y cambiará nuestras vidas durante bastante tiempo. Si no tomamos la responsabilidad en nuestras manos, el fin de la pandemia será un espejismo porque, al igual que las guerras, el final de una inicia la cuenta regresiva de la próxima.
* Editor del canal informativo de Telegram “Pandemias y vacunas”.