A los periodistas nacionales, poco les importa ir tirando frases descalificadoras o salidas de tono. Ya sea en televisión o radio, ellos solamente buscan decir algo tan estrafalario, que les de la portada de cualquier medio digital y que los haga tendencia en Twitter.
¿Ejemplos?, hay varios, por mencionar algunos: Carlos Antonio Vélez, Iván Mejía, Jorge Bermúdez entre otros. Casi nunca piensan en las consecuencias que pueden generar con comentarios mezquinos y burlescos en contra de los deportistas.
Carlos Antonio Vélez dijo que Costa Rica no tendría ninguna posibilidad en el mundial Brasil 2014 y que su participación le quitaría prestigio al certamen. Jorge Luis Pinto y sus dirigidos, quedaron de primeros en el grupo de la muerte y llegaron hasta cuartos de final. Fueron la revelación del torneo. ”El mundo entero nos reconoce, el único que no lo hace es el señor Vélez, que pobreza intelectual”.
Iván Mejía descalificó rotundamente a Radamel Falcao, tildándolo de exfutbolista y le sugirió, amablemente, que buscara otro equipo u otra profesión, que lo de él no era el fútbol. Esa es la joya de la corona de Mejía, quien años después dijo que Nacional no se podía ver perjudicado por la tragedia de Chapecoense, un comentario indolente con esta tragedia.
Jorge Bermúdez es menos tóxico, sus declaraciones rayan en lo jocoso. Aunque todo lo que él dice son opiniones personales, dice comentarios estrambóticos tales como: “Edwin Cárdona es mejor que James Rodríguez”, o que prefiere ver un partido entre Chicó y Patriotas que el clásico de Manchester en Inglaterra.
¿Dónde están las consecuencias de sus comentarios? Lo máximo que reciben es castigo en las redes sociales, pero al parecer disfrutan de ser tendencia en internet. Estas actitudes ponen en decadencia la profesión en Colombia, que cada vez va pareciendo más un show ruin, a un periodismo profesional.