La invitación hace parte de la declaración y postura del profesor, geógrafo, museólogo y primer Premio Nacional de Museos Edmon Castell, coordinador del único posgrado especializado en museología en el país: la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio de la Universidad Nacional de Colombia.
En su intervención manifestó que tanto la espada de Bolívar como los museos colombianos pueden llegar a convertirse en la imagen del cambio social que tanto necesita el país para poder avanzar legítimamente hacia una cultura de paz en todo el territorio colombiano.
Por eso, aclaró que, desde su mirada como museólogo, es importante destacar que el sentido de los objetos que ingresan a los museos no es inmutable, sino que siempre se ve afectado por hechos y actos que son atravesados por el tiempo.
De esta forma, argumentó, centrarse solamente en un momento —el de la sustracción, recuperación o apropiación en función de la interpretación que asumamos de ese acto que tuvo lugar hace cincuenta años— no es suficiente para aprehender el valor simbólico de un artefacto cultural como es la espada de Bolívar.
«Los museos deben aprovechar los desafíos y oportunidades que siempre presentan las coyunturas y/o conmemoraciones, como el presente acto de memoria, para pluralizar los discursos y fortalecer una narrativa histórica más inclusiva», destacó el coordinador de la Maestría en Museología.
Precisamente, para ampliar la mirada y poder superar las imágenes estereotipadas del pasado, que siempre buscan fijar la historia de una sociedad en “clichés”, es necesario volver a pensar los bienes culturales —y la espada es uno de ellos— desde enfoques y narrativas alternativos.
Enfoques que abordan la historia desde perspectivas que, más allá de lecturas lineales y positivistas de la historia, interpretan y resignifican el valor y sentidos de los objetos a la luz de procesos sociales y culturales más amplios.
«Si asumimos que es posible “leer el tiempo a través del espacio”, la espada de Bolívar se convierte, se despliega ya no en una línea sino en un plano que la convierte en una imagen dialéctica muy potente, tan potente que no podemos permitirnos el lujo de desatender», comentó al respecto el profesor Castell.
Agregó, así mismo, que los objetos simbólicos cambian con el tiempo, así como lo hacen sus significaciones y, por tanto, la espada de Bolívar puede contemplarse como un «objeto cósmico» dentro de una constelación de procesos culturales que, como colombianos, no podemos ignorar, como, entre otros, las “museologías rebeldes” de los años setenta o, en la actualidad los 'museos de Irene' diseminados en la geografía de Colombia.
Al respecto, precisó: «No es posible dejar de ver la espada de Bolívar desde los conceptos de la museología social, pero especialmente, desde las museologías rebeldes. Rebeldes en tanto que museologías comprometidas con la sociedad que hicieron reacción a las formas tradicionales de ser del museo, tal como lo recuerda el museólogo canadiense Roland Arpin— y también desde los “museos de Irene”, que en el griego antiguo significa 'aquella que trae la paz'».
Explicó que en la práctica los museos de Irene son aquellas experiencias museográficas que tienen que ver con la justicia social y que se hallan diseminadas en el territorio colombiano.
En medio de su reflexión, dejó ver también la importancia que tiene el hecho de abrir las miradas, de desplazarlas de los centros, de tomar en cuenta otras visiones, de escuchar, ver y leer otras formas de resignificación y otras maneras de accionar y apoyar la construcción de la paz de la nación.
Adujo que en este propósito los museos tienen una misión fundamental y que, de hecho, el Museo Nacional de Colombia, en línea con su rol de ente articulador de los museos del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, inició en 2023 un proyecto de territorialización denominado «Museo Archipiélago».
Sobre este proyecto de territorialización, que ha venido acompañando, reveló que, aunque ha sido un proceso complejo, es imprescindible llevarlo a su máxima extensión para propiciar procesos de inclusión, como lo requieren y merecen la sociedad y el sector museal colombiano que, precisamente, ha venido llevando a cabo un proceso participativo para la formulación de su Ley de Museos.
«Este es uno de los retos museales, de los retos culturales que sin duda ha asumido de forma valiente la institucionalidad del Museo Nacional de Colombia, el Ministerio de Cultura, bajo el liderazgo de las personas que están a cargo, como el profesor William López; que nos obligan a mirar esta sociedad, este país de una forma distinta», explicó.
De hecho, el proyecto del Museo Archipiélago, según reveló, es el último lugar del evento de resignificación de la espada de Bolívar.
Desde una mirada «archipiélica» —como lo expresó el académico y museólogo Edmon Castell—, su presentación dio cuenta de una invitación a seguir reflexionando en torno a la espada de Bolívar, que se resignifica todo el tiempo con los hechos, actos y procesos patrimoniales (de ingreso, sustracción, apropiación, recuperación, devolución, restitución… desde y en el espacio museal) que la rodean desde 1974 y que, como una especie de “objeto cósmico”, permiten dar cuenta y leer la historia de una sociedad como la colombiana.