Internet supuestamente mejora la democracia por la amplia circulación de ideas, no restringidas a los medios tradicionales. Pero, ¿es esto cierto? Estudios recientes demuestran que, a pesar de la pluralidad de opiniones que se pueden canalizar por Internet, el diseño de las redes sociales filtra las opiniones que nos molestan o contradicen, mostrándonos solo aquello que confirma nuestras ideas. En efecto, parte del éxito de las redes sociales y sus algoritmos de inteligencia artificial es que identifican nuestros gustos y opiniones nos da más de lo que instintivamente queremos leer, y logra nuestra atención, mayor permanencia en sus plataformas y likes. Este proceso, como hemos visto en las elecciones en el mundo de los últimos años, contribuyen a polarizar nuestras sociedades.
Los humanos, por naturaleza, preferimos asociarnos con personas de ideas afines, pero a medida que nuestra interacción en redes crece, nuestra exposición a ideas diferentes decrece. Esto lleva a lo que se conoce como "polarización de grupo". Varios estudios han demostrado que cuando una persona participa en una discusión dentro de un grupo donde todo los miembros comparten más o menos la inclinación hacia un tema, tienden a moverse hacia un extremo en la dirección en que estaban inicialmente inclinados, pues el grupo reafirma, y no reta, su opinión. Algunos ejemplos de esta situación son grupos de mujeres que siendo moderadamente profeministas, después de la discusión, se vuelven más fuertemente profeministas; o blancos predispuestos a no mostrar prejuicios raciales que después de la discusión, ofrecen respuestas más positivas a la misma pregunta.
Como muchas personas solo leen opiniones y noticias a través de redes sociales, donde siguen por decisión y por diseño de la plataforma principalmente a personas afines en sus opiniones (políticas y morales), la situación esta empeorando. Cuando se lee un periódico o una revista nacional que incluye diversas opiniones en impreso o en internet, la persona se encontrará con una cantidad de artículos que probablemente no haya seleccionado de antemano y, curioso, leerá algunos. Tal vez le resulten temas que no conocía o que al iniciar a leer le interesen, o le pueden aparecer historias que le llamen su atención y al leearlas ampliarle la visión del mundo. Lo que es cierto para los temas, también es cierto para los puntos de vista. Puede pensarse que no se tiene nada que aprender de alguien cuya opinión aborrezca, pero una vez que se encuentra las páginas editoriales, es muy probable que se lea, y puede que la opinión le permita apreciar otros punto de vista, y hasta quizás lo convencerán de un punto u otro.
No es tan claro, como lo demuestran las encuestas, que el colombiano
esté dispuesto a suscribirse y pagar por el acceso a la información
que se acostumbró a leer gratis en línea
El segundo mecanismo que impulsa la polarización es la comparación social. Comienza con la necesidad humana de que los miembros del grupo al que pertenecen las perciban favorablemente, y también de percibirse a sí mismas de manera favorable. Algo normal en la adolescencia, parece que su permanencia se amplia en las redes sociales, que atrapan, al relacionarse con nuestro estado social y reputación, cuanto mayor sea la necesidad de pertenecer y ser popular, más irresistible será la tendencia a ajustar posiciones en la dirección de la posición dominante.
Varios medios están empezando a restringir el acceso a la información por Internet para, supuestamente, poder financiar un mejor tipo de periodismo. Paradójicamente, esto probablemente contriburá más a este sesgo en las ideas y posterior polarización de las mismas. No es tan claro, como lo demuestran las encuestas, que la población colombiana esté dispuesta a suscribirse y pagar por el acceso a la información que se acostumbró en años recientes a leer gratis en línea. Lo más probable es que se operen sistemas intermedios de acceso, a partir de un número de artículos o a información privilegiada u oportuna.
La polarización grupal es una regularidad humana; pero el contexto social puede disminuirlo, aumentarlo o incluso eliminarlo. El mal uso que estamos haciendo de las redes sociales en Internet está contribuyendo a la polarización de la sociedad. Tanto los proveedores de información como los lectores deben ser conscientes de los efectos sociales que estos mecanimos están generando, en poblaciones ya de por si politicamente polarizadas como la de Estados Unidos con opinones pro y contra Trump, la mexicana pro y contra Lopéz Obrador o la colombiana pro Petro contra Duque, y viceversa. Es importante tener mente abierta a oir otras opiniones. Es necesario crear los mecanismos para que diversas opiniones sean escuchadas. Es fundamental cuestionarse si queremos tener una sociedad que acepte la diversidad, fundamental para el desarrollo y la convivencia. Y es fundamental, también, diseñar las redes y estar listo nosotros para que, dado el caso, estemos listos a cambiar de opinión.