Analizando lo vivido en Bogotá hace ya un tiempo con la expulsión de los habitantes de la calle, quiero hacerle una crítica al señor alcalde de esa ciudad y, de paso, alertar al resto de alcaldes de las demás ciudades de nuestro país.
Parece hermano del burro de Maduro, ya que no es capaz de dimensionar lo que se viene, no solo para Bogotá sino para todo el país.
Está empoderando a esos “habitantes de la calle” y dentro de unos días, o meses, el enano se habrá crecido y ya no será posible remediar la situación.
¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI no haya una solución a esta situación? Cito el artículo 1º de la Constitución Política de Colombia en su título I, De los principios fundamentales: “Colombia es un Estado Social de Derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”
íLa prevalencia del interés general! Vaya señor alcalde, usted por lo visto no tiene ni idea de lo que significa esto, ¿cierto? Quiere decir, en términos sencillos, que 10 es mayor que 3, o que usted es alcalde porque más fueron los que votaron por usted que los que lo hicieron por sus rivales políticos a ese puesto. ¿Le queda claro o usamos plastilina para que pueda captarlo? En todo estado de derecho el interés general prima sobre el particular.
Se requieren acciones inmediatas para corregir este cáncer que carcome a la sociedad colombiana y que usted negligentemente, y en un falso halo de puritanismo, ha desatendido.
Hace unos meses fueron estos habitantes expulsados del Bronx creyendo, ilusamente, que se iba a acabar el problema (apenas vieron la punta de él) porque así son las cosas aquí; luego estos habitantes expulsados se trasladaron a otros barrios (se creció el problema al agrandarse las fronteras).Con el empoderamiento dado por las autoridades, después atacaron a los comerciantes de los diferentes sectores de sus barrios (aclaro, los barrios de los habitantes de la calle, porque el que paga impuestos aquí en Colombia no es dueño de nada) y alejaron a los clientes de estos sitios. Más tarde siguieron colonizando barrios a nombre del burro y atacando la infraestructura de TransMilenio, vehículos particulares y atracando a la gente de bien. Luego, ¿qué vendrá?
Pregunto: ¿tendremos que pedirle permiso a los habitantes de la calle para saber qué debemos hacer con ellos?
Cito otros dos artículos de la Constitución Política de Colombia:
Artículo 13. "Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que, por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan".
Artículo 16. "Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico".
Pss, señor alcalde: la solución está en estas letras, aunque muertas, pero está. Y es su deber con autoridad hacerlo sin más dilaciones. Cumpla sus funciones que usted es un funcionario público, ganándose un sueldo de gerente de multinacional y actuando como marmota. Actúe ya. Todos tenemos derechos, tanto unos como otros, pero el interés general prevalece sobre el particular. En otras palabras…somos más los habitantes que no estamos en esa situación y por lo tanto nos aplica el interés general.
Ahora no me salga otro puritano por ahí dándose golpes de pecho o diciendo que yo no tengo corazón ni sentimientos y que debo rezar tres avemarías, no. Entiendo muy bien la problemática de estas personas, soy consciente del descuido al que están sometidas y de la negligencia del Estado. Pero no tengo el poder para cambiarlo, las autoridades sí.
Si una persona va en contravía de la mayoría algo debe andar mal. ¿Cómo voy a tener que pedirle permiso para recluirla y realizarle un proceso de desintoxicación? ¿Por qué debo tener su autorización si esa persona no es, ni siquiera, dueña de sí misma?
Si están en estado de indefensión, ¿por qué las autoridades, claramente, permiten que los amos de las drogas se acerquen a ellos y los influencien? ¿Por qué no se llevan a una granja productiva, los liberan de sus males y les enseñan una labor? Hay muchos porqués, pero ninguna respuesta por parte de las autoridades. ¿Por qué?