Hace un montón de años el entonces Inderena le quitó todos los animales al colegio de mis hijos. Se llevaron a los micos, a las guacamayas, a los venados, a las tortugas y a los cisnes. En fin. Acabaron con el zoológico que tenía el hermano Pacho en el Corazonista. Allá estaban bien, en un ambiente campestre donde se les otorgaba amor y cuidado. Jamás les faltó veterinario o comida o un techo para resguardarse de la lluvia o del frío. Pero alguien denunció al colegio y los recogieron. El resultado fue nefasto porque en realidad esos funcionarios decomisan a los animales pero no tienen sitios idóneos a dónde llevarlos. A los meses tuvieron que devolver a los únicos dos bambis que sobrevivieron por pura compasión.
Lo mismo pasó ahora con los peces de Atlantis. Los prefería ahí, en esas peceras, donde los estaban cuidando y no se veían estresados, a que los "rescataran" con tanto bombo y tanto platillo para terminar matándolos. ¿Todo ese show alrededor de la tenencia ilegal de animales para en últimas terminar llevándolos a un botadero de basura -porque son especies foráneas peligrosas para las especies nativas-? ¿Para qué tal despliegue cuando en realidad no tenían ninguna intención en protegerlos?
Me emputa ese nivel de improvisación y que algunos crean que está bien formar alharaca para hacer pasar una mala acción por una labor heroica. Si la idea era subir puntos ante la opinión pública como defensores del medio ambiente y de la fauna, grave. Se rajaron.