Improvisación, improvisación e improvisación, así se pueden resumir los anuncios del alcalde electo Enrique Peñalosa con respecto al metro y, en general, a los modos férreos que se proyectan para la capital del país. Cada mañana los bogotanos despertamos con más incertidumbre sobre el futuro de estas importantes e inaplazables obras para la ciudad y es que cada día amanecemos con un anuncio distinto de Peñalosa sobre el futuro de esta obra, un día es 100 % elevado, al otro es solo el sur-occidente, al siguiente es hasta la 26 con Caracas, un día es por la 11, al otro por la Caracas-Autonorte y al otro va a llegar hasta Mosquera.
En los anuncios de costos también se nota la absoluta improvisación y falta de criterios técnicos, según las declaraciones del alcalde electo un día los costos por kilómetro son de 30 millones, al siguiente de 90 y al siguiente vuelven a bajar a los 50. Para abreviar es simplemente obvio que no se tiene la más remota idea y Peñalosa se está dedicando irresponsablemente a especular con la obra más importante de la ciudad.
Lo más irrisorio son los anuncios del tiempo que se pueden demorar los “ajustes”, una semana se anuncian dos años, a la siguiente tres meses; pero, ¿cómo sabe cuánto tiempo se demoran los ajustes si ni siquiera está seguro de que ajustes hacer? La realidad es que aun con lo disimiles de los anuncios todos son rediseños no ajustes, que tomarán años, no meses y como dicen expertos en movilidad como Fernando Rojas (crítico del alcalde actual) “Es otro trazado, diseño, estudios de suelo. Esto genera demasiadas dudas y confusión y en medio quedamos los ciudadanos. Cada vez más esto esta enredado". A su tiempo el decano de ingeniería de los Andes dijo que lo que Peñalosa propone es un borrador ya que no sale de ningún estudio técnico detallado. Ambos tienen absoluta razón [1].
Suspender el proyecto actual de metro basado en meras especulaciones de menores costos y tiempos, sin ningún sustento técnico o estudio, y en contra de las recomendaciones de la gran mayoría de expertos, es la decisión más irresponsable con la ciudad del último siglo. Causa curiosidad que los medios que exigían a Petro sustentos técnicos robustos para cualquier decisión, ahora callan con complicidad ante esto.
Si finalmente se cambia el trazado hacia la Caracas será como empezar de cero, se requerirán sacar dos licitaciones para los nuevos estudios de trazado y de ingeniería avanzada (inaceptable otra forma de adjudicarlos), adicionalmente habrá que cambiar gran parte de la estructuración financiera que estaba basada en unos diseños absolutamente diferentes [2]. Entre las licitaciones (estructuración, publicación y adjudicación) que generalmente duran un año y los nuevos estudios y diseños que en promedio durarán un año cada uno, difícilmente Peñalosa logrará siquiera abrir la licitación de la obra [3].
Los metros elevados son opciones muy buenas para áreas amplias (al menos 120 mts entre construcción y construcción), pero lastimosamente en el trazado de la primera línea del metro no hay ninguna vía cercana que tenga el ancho requerido, en promedio están entre los 35 y 45 mts. New York, Boston y Seúl que hicieron líneas elevadas en vías como la Caracas, tomaron la radical decisión de demoler varias de estas (perdiendo miles de millones de dólares) debido a los dramáticos efectos negativos de los elevados sobre el entorno.
Hacer un metro elevado por la Caracas deprimiría aún más zonas muy segregadas como lo es el trayecto entre calles sexta y 24, echaría al traste los esfuerzos de recuperar esta parte de centro y dispararía la inseguridad en la zona. Como dijo Carlos Vicente de Roux ex candidato a la alcaldía, “hacer metro elevado al sur y subterráneo al norte sería un delito de lesa inequidad”.
El metro elevado que se propone tiene ahorros muy inciertos pero efectos negativos muy certeros, ningún experto en movilidad a estimado siquiera un ahorro del 10% por el cambio de diseños y una amplia mayoría aconseja seguir con el proyecto actual tal y como está diseñado, ¿por qué ahora la opinión de ellos no es importante? Curiosamente entre estos expertos está el próximo secretario de movilidad Juan Pablo Bocarejo, una persona idónea para el cargo, cuyo mayor reto entre todos los que tiene será hacer recapacitar a su nuevo jefe.
Tanta especulación está haciendo perder credibilidad en la ciudad, el escepticismo de las firmas de ingeniería y en general de la ciudadanía aumenta dramáticamente, no comprenden como sin ningún sustento técnico se cambia tan radicalmente un proyecto de semejante envergadura. Peñalosa intenta ocultar su vergonzosa improvisación acusando de “poco serios” los estudios de cientos de ingenieros y varias firmas internacionales de ingeniería con décadas de experiencia en metros, diseños avalados por el banco mundial, la universidad Nacional y la universidad los Andes.
¿Y el presidente? ¿Por qué no asume el liderato del proyecto como ocurre en el resto del continente con este tipo de obras? ¿Será un cómplice silencioso en la embolatada que le están pegando al metro de los bogotanos?
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[1] http://www.elespectador.com/noticias/bogota/expertos-movilidad-ven-cada-vez-mas-enredada-construcci-articulo-605557 [2] http://lasillavacia.com/historia/lo-que-se-sabe-del-metro-de-penalosa-y-lo-que-no-52363 [3] http://www.las2orillas.co/metro-elevado-alternativa-populismo/