Cuando empezaban a escucharse rumores de que los 'sayayines' o los jefes de las bandas del narcotráfico intentaban una retoma del Bronx, el alcalde Enrique Peñalosa se apareció este miércoles en el lugar con una retroexcavadora y empezó a tumbar la peor 'olla' del país.
Fue el derrumbe del sitio del horror, el mismo en el que, por muchos años, torturaron, asesinaron y explotaron sexualmente a niños. El mismo lugar que hasta mayo pasado estaba vetado para el ingreso de las autoridades y hasta donde torturaron fiscales.
El miércoles, la demolición del Bronx tomó por sorpresa a todos, incluso a los propios medios de comunicación que solo fueron citados la tarde anterior. Casi 100 periodistas, camarógrafos y fotógrafos, algunos de la prensa extranjera, fueron testigos de la caída del sitio.
Y es que, de manera contundente, Peñalosa acabó con las intenciones de los 'sayayines' de volver al Bronx y sentó un precedente que se escuchó por todos los rincones de la ciudad: “No vamos a permitir que exista un Bronx ni aquí ni en ningún otro sito de Bogotá”, advirtió el alcalde, quien en su momento también le puso fin al barrio del Cartucho.
El mensaje estaba dirigido a los 'sayayines’, a quienes se les atribuyen secuestros, torturas y asesinatos que se llevaban a cabo en el interior de esta 'olla'.
“Demoliendo el Bronx para que les quede claro a las organizaciones criminales que no volverán allí”, les sentenció Peñalosa a los ‘sayayines’ desde su cuenta de Twitter.
Desde que se intervino el Bronx, el 28 de mayo, los ‘sayayines’ se han encargado de promover violentas protestas por parte de habitantes de la calle que frecuentaban el lugar, a los cuales incentivan con dosis gratis de bazuco.
Con este mismo aliciente también lograron que los indigentes hostigaran a los comerciantes del sector a menara de retaliación, e hicieron que decenas de ellos no recibieran el apoyo que el Distrito les ofreció en los centros de rehabilitación donde ya han sido atendidos 2.050 exhabitantes del Bronx.
Luego los ‘sayayines’ trataron de trasladar el negocio a otras ollas del centro de la ciudad como Cinco Huecos, San Bernando y la Estanzuela, las cuales también fueron intervenidas por orden del alcalde Peñalosa. Más de 500 exhabitantes de estos otros sectores también están siendo rehabilitados por el Distrito.
Más adelante, empezaron los rumores acerca de que los ‘sayayines’ iban a retomar el Bronx. Pero Peñalosa les hizo saber, a punta de retroexcavadora, que nunca más volvería a existir esta "capital independiente del crimen", como la bautizó.
De esta manera quedó confirmado el compromiso del Alcalde para luchar contra el crimen y contra las organizaciones que controlan el tráfico y la distribución de estupefacientes en Bogotá y que esclavizan en las drogas a decenas de personas que terminan deambulando por las calles de la ciudad como 'zombis'.
Ahora se necesita que la Corte Constitucional revise su fallo para permitir que los habitantes de la calle sean trasladados a los centros de acogida, pues actualmente está prohibido. Los habitantes de calle deben llegar por su propia cuenta a esos lugares y algunos lo hacen, pero no son la mayoría.
Como no tienen control de sí mismos, debido a la fuerte adicción a las drogas, es muy importante que la Corte revise su fallo para permitir que el Distrito salve a estas persona de caer en las garras de esas organizaciones criminales otra vez.
