Muy recién posesionado como alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa se propuso entronizar a su gerente de campaña Astrid Álvarez en la Empresa de Energía de Bogotá y la primer movida fue cambiar la junta directiva que había nombrado a Ricardo Roa en el ultimo tramo del gobierno de Gustavo Petro. Para ello, no tuvo empacho en hacerle pagar al Distrito $ 1 mil millones de indemnización para asegurar el retiro de quien había sido nombrado en septiembre del 2014, para un período fijo de tres años.
A comienzos de diciembre, con Claudia López elegida, la junta directiva nombrada por Peñalosa y presidida por Rafael Herz, cuyos miembros serán seguramente cambiados, ratificó a Astrid Álvarez en la gerencia por un nuevo período. El Grupo Energía de Bogotá es la joya de la corona que genera utilidades hasta por $ 1.7 billones al año y a pesar de tratarse una empresa publico-privado la voz del burgomaestre capitalino siempre ha pesado. La alcaldesa Claudia López tendrá que respetar la ficha de Peñalosa en uno de las tres grandes gerencias de Bogotá, sino está dispuesta a repetir la movida de Peñalosa que le costó millones a la ciudad. .