Es de esos típicos políticos que cambia de opinión cuando le conviene –aunque de esos hay en todos lados y son la mayoría-, de esos políticos que en el pasado pensaba algo porque le convenía electoralmente o para aumentar su favorabilidad y actualmente piensa otra cosa porque no le conviene en ese mismo contexto (al estilo Uribe Vélez). Y es que, la incoherencia de esos políticos no pasa desapercibida por la comunidad tanto periodística como ciudadana común.
Se sabe que Peñalosa antes apoyaba la matanza de los toros en las corridas, pero ahora, como buen político ‘politiquero’ opina que: “Las corridas de toros son un espectáculo cruel”. Un cambio considerable, o mejor aún, una incoherencia con sus “pasadas” creencias. No se sabe exactamente por qué cambió su opinión, se podría decir que pudo haber reflexionado sobre el valor de la vida animal y del milagro que eso conlleva, y que haya cambiado su modo de ver las cosas sobre matar animales indefensos solo por un absurdo espectáculo para ancianos, y por esas reflexiones decidió recapacitar y rechazar tales actos crueles de maltrato a los toros. Pudo haber pasado así, pero, ¿será que así si?
Hay que pensar: ¿Cómo se le puede creer a un tipo que mintió sobre su hoja de vida académica, sobre sus estudios, sobre su doctorado y demás?
Ese es el gran problema, ¿Cómo confiar en que Peñalosa cambio de opinión por buena fe y no por oportunismo político cuando hay pruebas de que él es un mentiroso?
Pero más allá de ese gran problema, es curioso que Peñalosa (“el nuevo”) se ponga en contra de Peñalosa (“el antiguo”) en el tema de los toros. Aunque también podemos cuestionar eso, ¿Peñalosa si cambio de opinión? Hay que pensarlo bien…
Al final, como es costumbre en él, envía al ESMAD para que verifiquemos sus verdaderas intenciones y creencias.
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