El 7 de marzo de 2023 la exrectora de la Universidad Nacional (Unal), Dolly Montoya Cataño, el vicerrector de investigación, el profesor Camilo Younes Velosa y el gerente general del Fondo de Empleados Docentes de la Universidad Nacional de Colombia (Fodun), Jairo Villabona Robayo crearon Rotorr – Motor de Innovación. Una entidad pública y sin ánimo de lucro enfocada en varios servicios entre ellos la consultoría.

Rotorr debía servir de puente entre la academia, el Estado, la empresa y la sociedad. La idea era crear programas de apoyo al trabajo intelectual y científico, se querían puentes entre la universidad y la sociedad. Para la recién creada entidad se designó como director ejecutivo al médico Jaime Alfonso Restrepo Carmona. Un doctor y consultor que dice tener más de 20 años de experiencia en innovación social, desarrollo territorial y tecnología.
Para el funcionamiento de la entidad se dejó un patrimonio inicial de 1.000 millones de pesos que fueron manejados con presupuesto de la Unal que aportó 700 millones y el Fodun –el fondo de empleados docentes- que giró 300 millones. Sin embargo, el Fodun se retiró el 29 de mayo de 2024, un efecto de las discusiones y rumores asociadas a Rotorr. La entidad debería fortalecer y visibilizar las iniciativas de innovación, la transferencia de conocimiento y el emprendimiento, que también tienen el nombre de actividades Item, en efecto ha manejado presupuestos importantes.
Los contratos
Rotorr desde su creación ha alcanzado, al menos, un total de 23 contratos con diferentes entidades, varios ejemplos, con el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (Icfes) se logró una cifra de $39.190.458.380, con la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales (Ugpp) se manejó un total de $ 25.200.617.039, para la Defensoría del Pueblo se rozó una cifra de $16.500.000.000 entre otros. Si se suma la totalidad de cheques se tiene $ 163.442.804.046.
Con la llegada del nuevo rector Leopoldo Munera que aterrizó de una manera aparatosa después de una complicada elección en la que fue derrotado finalmente Ismael Peña, escogido para suceder a Dolly Montoya, Munera se ha propuesto borrar la huella de la exrectora.
Pronto cambió la cúpula directiva y no ha tardado en cuestionar y sembrar dudas sobre los números alcanzados por Rotorr. Fue más lejos y anunció públicamente que pediría investigaciones a las entidades de vigilancia escalando el tema incluso a la instancia penal.
No es difícil leer en medio de todo, una lucha de poder entre el nuevo rector y la primera mujer en llegar a la rectoría quien además fue reelegida.
La rectoría de la Nacional, un apetecido cargo en el mundo académico
El rector de la universidad Nacional es seleccionado por tres años para ejercer en el puesto. Puede ser reelegido. Entonces han existido rectores con mandatos de seis años, por ejemplo, Ignacio Mantilla Prada estuvo del 2012 al 2018.
Durante el proceso la comunidad universitaria hace una consulta, donde los estudiantes, profesores y egresados votan por el candidato; sin embargo, el resultado de la consulta no es vinculante. Puede darse que el ganador no termine en la silla de rector como ocurre con frecuencia. Un efecto de encargar al Consejo Superior Universitario (CSU) la toma de la decisión.
El CSU tiene nueve integrantes, de los cuales ocho tienen voto. La lista tiene a la ministra de Educación, dos delegados de la presidencia de la República, un delegado del Consejo Nacional de Educación Superior, un representante de los exrectores de la universidad, una delegada del Consejo Académico, un representante de los profesores y una representante de los estudiantes. Es claro entonces, la voluntad del gobierno de turno es crucial.
Para la última elección correspondiente al periodo 2024-2027 quedaron dos candidatos en la recta final el ingeniero José Ismael Peña y Leopoldo Múnera, un abogado. Peña era más cercano a Dolly Montoya, o por lo menos pertenecía a su círculo más próximo al haber sido su vicerrector. Por otra parte, Múnera salió ganador en la consulta por votos. El CSU de manera sorpresiva nombró a Peña; sin embargo; la decisión no fue bien recibida en la comunidad estudiantil.
La pelea de retaguardia del candidato Ismael Peña
Las consecuencias no demoraron en llegar, en primer lugar, en marzo de 2024, los estudiantes, profesores y trabajadores iniciaron un paro en rechazo a la designación del ingeniero de sistemas Ismael Peña. Los defensores del ingeniero argumentaron que como la consulta no era vinculante se debía mantener a Peña en el cargo, quien en la notaría 14 de Bogotá se habría auto posesionado, para dar legitimidad al nombramiento, en el sitio estuvieron siete testigos.
Los acompañantes de Peña fueron los profesores y administrativos de la Nacional: Linda María Cabrera Cifuentes, Miguel Roberto Farfán, José Felipe Pete, Nohora Patricia Olaya, María Elizabeth Montoya, María Alejandra Guzmán, decana de la facultad de Ingeniería y quien sucedió a Peña y el exrector Fernando Sánchez Gómez.
De nada sirvió el viaje a la notaría. El paro se mantuvo y uno de los motivos utilizados para mantener la protesta era: si continuaba la línea de Montoya se mantendría el silencio con la administración. Una persona ajena al círculo de Montoya, como Munera podría analizar y denunciar las posibles malas prácticas. La presunta corrupción de los directivos había sido un tema frecuente en los chismes de pasillo.
La protesta terminó el 5 de julio de 2024, tras un acuerdo para levantar la medida y retomar las actividades académicas el 22 de julio. Una de las condiciones exigidas fue la selección de Munera como rector. Una vez se posesiona, el abogado retoma el tema de Rotorr.
Las denuncias de Múnera contra Rotorr
El rector Leopoldo Munera pretende activar a los entes de control Contraloría o Procuraduría e incluso la Fiscalía para revisar la robusta contratación que logró Rottor con un sin número de entidades, montos que sumados llegan a $ 278 mil millones.
Quienes han estado al frente de la entidad, como el Jaime Restrepo, han liderado algunos cambios para blindar la consultora para lo cual han realizado modificaciones a los estatutos, como ampliar su periodo de vida, de 15 años originalmente pensados se pasó a un plazo de existencia que le permite durar hasta el 2123. Se transformó también su naturaleza jurídica para darle más independencia y autonomía de la Universidad Nacional y constituirla como un ente independiente.
Lo cierto es que mientras continúan las investigaciones. La consultora de la Nacional no para de abrir camino y lograr asesorías por cuenta del acumulado de conocimiento y prestigio de la Unal.
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