La pelea entre los socios de la liquidada compañía Pacific Rubiales llegó a los estrados y tiene de protagonistas a los tres penalistas más prestigiosos de Colombia: en una esquina el bufete de Abelardo De La Espriella y el de Jaime Lombana representan a los socios y directivos de la empresa, los venezolanos Serafino Iacono, Miguel de la Campa y Ronald Pantin. En el otro frente está Jaime Granados cómo apoderado de los fondos de inversión cómo el venezolano O´Hara y el mexicano Acero en cabeza de los empresarios Alejandro Betancourt y Orlando Alvarado, conocidos como los ´´bolichicos´´. Estos últimos han formado y forman parte de los comités directivos de la compañía y a mediados de 2015 lograron bloquear definitivamente la oferta de compra presentada por Alfa y Harbour, la cual hubiere representado la suma de 6,5 dólares por acción para cada accionista. La pelea es en los estrados y e incluso en los medios internacionales; Abelardo De La Espriella ya logró una rectificación del diario ABC de España en favor de sus clientes venezolanos en un artículo donde se sugería que las malas decisiones de Iacono, De la Campa y Pantin, habían precipitado la quiebra de la empresa. En el medio están los pequeños y medianos accionistas quienes vieron desplomar sus acciones.
Vea: La frustrada venta de Pacific. ¿Ganan los bolichicos, pierde Colombia?