Hace cinco años, cuando nuestros escarabajos resucitaron en las carreteras europeas y empezaron a ganarlo todo, se establecieron dos hinchadas: los gogistas de Caracol y los sabatistas de ESPN. Entre ellos dos no hay disputas, ambos periodistas se aprecian. Sábato ayudó a convertir a muchos futboleros al ciclismo. En eso su labor es mucho más importante para crear hinchada. En Colombia lo quieren tanto que ha venido a narrar competencias locales y, mucho más allá de ser comentarista, se transforma en un show man que anima las premiaciones y es tan buscado como los propios ciclistas. Goga maneja otro tipo de perfil, más zen, más tranquilo. No se le notan las preferencias aunque, claro, adora el ciclista Latinoamericano. Se podría llegar a pensar que Goga siempre pierde los mano a mano con Sábato en el rating. Los que aman el ciclismo puede que vean las carreras por Caracol. Los conceptos de Santiago Botero son los de un campeón mundial aunque no es tan claro como Victor Hugo Peña. Pero ambos testimonios son fundamentales para saber los secretos del pelotón.
A punto de entrar en el momento culminate del Tour, Xiomara Guerrero, ex novia de Egan Bernal, calentó el debate cuando dijo en Twitter que Sábato era puros gritos, pura irracionalidad, mientras Goga sabía de lo que hablaba. En Twitter la gente no está de acuerdo con esto. La gente adora a Sábato y respeta a Goga. Sin embargo Sábato consiguió pasarle la pasión del fútbol a un deporte en donde horas nunca pasa nada.
El rating y el respeto se lo lleva Caracol quienes quintuplican a los de ESPN. Son dos formas de ver el ciclismo, todos válidos. Lo más importante es que el mexicano o el argentino puedan narrar nuestras victorias. Ojalá se de hoy, en el día más esperado del Tour.