Es aterrador cómo despertamos en el “País del Sangrado Corazón”: ¡un estudiante asesinado en Popayán y un gobernador desterrado! En un Estado Social de Derecho, el presidente de la República (quien en varias ocasiones ha dicho que también lo han amenazado), detendría su agenda, y haría cuanto estuviera a su alcance para evitar estos atentados a la Democracia.
Porque no podemos volver a la época tenebrosa, de hace 30 años, donde en este país, tomado por las mafias, la oposición no contaba con las mínimas garantías para conquistar el poder, más allá de los “clanes” que por décadas han tenido sumida a Colombia en el desbarrancadero.