Dos eventos subrayaron esta semana el conformismo de muchos colombianos: "Algo es algo, peor es nada... ¡Siquiera llegaron, aunque fuera 50.000 vacunas!" y, "¡Habría que prorrogarle por dos años más el mandato al presidente!” . Examinando desprevenidamente la mediocridad de esos hechos, el primero, anunciando con bombos y platillos que El Magno gobierno le está cumpliendo al pueblo y, el segundo, del modo más ramplón lanzando un dardo a todas luces inconstitucional..., en lo único que cabe pensar es en ese otro cáncer de los colombianos: el conformismo.
Pero no un conformismo moral sino lógico. Es decir, de modo patético, muchísimos compatriotas haciendo de necesidad virtud proclaman: "Así es la vida, no hay nada qué hacer, deje así, para qué se opone".