¿Año nuevo y condiciones de comunicación nuevas? Millones de usuarios de WhatsApp han migrado a Telegram tras el temor de ser «vigilados o localizados». Y la «reina de la mensajería» ha enviado numerosos «mensajes tranquilizantes», mientras miles de influenciadores muestran sus ventajas y desventajas.
Entre tanto, el pánico a ser espiado, como si los secretos aún existieran, se ha patentizado con la explicitación de las nuevas reglas comerciales. ¡Cómo si eso no hubiese ocurrido desde siempre... cómo si desde el nacimiento de todas estas plataformas no nos hubiésemos entregado en cuerpo y alma a esa ruptura irreversible entre lo público, lo privado y lo íntimo —donde irremediablemente fluimos!
La pregunta es ¿Qué tanto me miran? ¿A quién confiarme? Lo cierto es que ya no tenemos intimidad.