VIDEO. Pelando el cobre. No hay un solo modelo de masculinidad, como no hay un solo modelo de feminidad. Hay que romper con el demonio de la analogía, con esas oposiciones duales. Hay nuevas formas de masculinidad, máxime en un mundo que demanda de los hombres lo doméstico, la ternura, aunque el arbitrario cultural parece habernos troquelado creando la imagen falsa de lo que deberíamos ser.
Este confinamiento al que nos ha llevado la pandemia del coronavirus, es una oportunidad para revisar nuestras relaciones de género, reconociendo la necesidad de un diálogo transgeneracional, en el que hablemos de lo que se nos ha negado, y de las conquistas de la diversidad sexual. Porque es a través de este diálogo y no multiplicando las violencias castradoras de uno u otro lado, como lograremos recomponer nuestras vidas reconociendo nuestras faltas, es decir nuestros deseos y sentidos sociales.