Pocos colombianos se alegran tanto por una derrota de la Selección como Carlos Antonio Vélez. Desde que Luis Bedoya contrató a Pékerman en el 2012 está buscando su caída. Si fuera por él, que volvieran los tiempos de Bolillo donde, aunque quedábamos eliminados, el camerino se lo mantenía abierto para que el auto denominado analista número 1 de Colombia mandara a sus periodistas y sacara sus noticas insípidas, las mismas preguntas de siempre y las mismas respuestas. Qué pereza, la verdad, qué mediocridad. Pékerman es un tipo serio y no cree en filipichines de cuarta que, fuera de Colombia o de Perú, no los conoce nadie.
Es tan desesperante ese doctor Vélez que en Win contrataron a Fernando Niembro y el señor calvo ni lo dejó hablar echando su chachara infecta. Durante toda la semana Carlos Antonio Vélez expresó su alegría por el mal partido en Venezuela. Prácticamente dijo que hoy nos iban a golear. El señor Vélez no contaba con que Pékerman le enseñó a estos muchachos, que ya son veteranos, que tienen jerarquía suficiente para dominar al mejor Brasil desde el 2002, un Brasil que ganó los últimos cuatro partidos de manera consecutiva, que goleaba a Argentina y a Uruguay de visitante. Le metió 4 en el Centenario, ¿se acuerdan?. Con gusto voy a ver el programa de hoy, no solo para escuchar las barrabasadas de Faryd Mondragon sino para verle la cara de aburrimiento del Profe Vélez, que no tuvo consideración con el equipo contra Venezuela jugando en un campo horrible, reseco y con un equipo que, genéticamente, está hecho para amargarnos la vida.
Gracias Don José: le volviste a callar la boca, como en el mundial, al insoportable engreído del Carlos Antonio quien también sufre porque la Panamá de su amigo Bolillo Gómez está quedando por fuera. Terrible estos periodistas que se creen más importantes que los jugadores, el éxito de ellos, que son, a la larga, los que nos hacen quedar bien en el mundo