Lo que vimos en la cancha fue una completa improvisación del técnico argentino. No sabíamos que la selección estaba tan mal físicamente. Hoy la selección camino la cancha. Se notaban frágiles, fríos, distantes, endebles. Japón nos bailó. Hubo ganas pero no hubo piernas. Después del partido el camerino parecía un hospital de guerra. Es probable que James no esté a la altura físicamente en lo que resta del mundial. Es probable que Cuadrado tampoco esté en su nivel. Es probable que nos tengamos que fumar una pareja que nunca ha trabajado junta como Davinson y Murillo. Es probable que salgamos en primera ronda.
A Pékerman le agradecemos todo, todo. Lo de hace cuatro años en Brasil todavía está en la memoria colectiva y lo queríamos repetir pero no va a poder hacerse. La esperanza de pasar de ronda recide en el bajo nivel mostrado por Polonia y por Senegal. Como menos pior podríamos pasar en un grupo débil.
La jerarquía que puede tener la selección reside en la piernas adoloridas de James, Cuadrado y Falcao, la clase alta de la selección. Esperemos que me equivoque pero muy mal Pékerman. De nada sirvió ocultarle la verdad al país y la verdad es que veníamos machacados y que las ilusiones no iban a servir para nada. Yo ya me bajé del bus de la victoria. No llegaremos tan lejos ni jugaremos tan bien como en Brasil.