Eres humano porque te equivocas, te equivocas con el corazón como todos. Colombia te admira y quiere a nuestra selección como tú lo haces, tanto lo haces que eres un colombiano más. A veces queremos tanto y confiamos tanto en alguien que no logramos ver sus defectos o su mal momento. Muchas dudas, mucha inquietud en Colombia y el mundo por saber quién iba a jugar en el debut de la selección, si llegábamos con los pesos pesados o sin llegaban los nuevos refuerzos a aportar su buen momento.
Confiaste y creíste como todos nosotros en los que nos han dado tantas alegrías. Confiaste, yo confié sin dejar a un lado mis dudas, sin estar convencido, más pensando que no son la única opción, pensando en lo que tenemos en la banca o más allá en casa. Es difícil dejar a un lado la experiencia, lo vivido, lo demostrado pero es inevitable, es justo y necesario volver a pensar con la cabeza, con la misma pasión pero con la cabeza fría y mostrarle al mundo a los mejores que el mundo ve cada fin de semana, que son muchos. Es justo y necesario mostrar de que estamos hechos, es justo y necesario que aquellos que nos representen muestren su alegría, recuerden que en Colombia el fútbol se baila, se disfruta, es alegría y es la motivación de un país para cambiar las malas noticias por un rato de felicidad.
La eliminatoria y el mundial nos dejó una alegría inmensa, un equipazo, pero el fútbol es de momentos y esos momentos que vivimos ya no existen. Hoy, el presente, es otro, ya no podemos seguir creyendo en la nube mentirosa del ranking FIFA, tal vez 2, sin tener que hacerlo en partidos oficiales. Lo que nos queda ahora es volver a ver las cosas con los pies en la tierra y dejar que la magia del profe y de nuestros jugadores vuelva a ese momento que nos demostró y le demostró al mundo el talento de nuestra tierra.