El comienzo de su profesión fue un impulso interior. Pedro Ruiz siguió su rumbo creyendo en el secreto de la ingenuidad natural. Schiller, el romántico alemán, pensó que “solo el genio le es dado encontrase como en su propia casa fuera de lo conocido y escuchar la naturaleza sin salirse de ella”. Además, clara Schiller que “la ingenuidad solo se logra cuando se tiene conciencia de lo que la persona quiere y sabe ser”. Por eso, la sorpresa puede tener dos versiones: la sorpresa que divierte o en encuentro que conmueve.
Nuestro Pedro Ruiz inauguró el 27 de julio si siempre bella exposición Oro Espíritu y naturaleza en el Centro Cultural dos Correios en Río de Janeiro mientras que ocurren las olimpiadas porque él también sabe ganarse las estrellas.
El sentimiento de lo infinito lo alcanzó cuando se sintió limitado. De ese desencuentro, el hombre es mejor persona y se supera mientras manifiesta una vivencia donde lo limitado también puede ser eterno. El Uno y el Otro es una combinación personal donde se toma consciencia de lo infinito.
Ruiz entiende que la diferencia es completa: en el fondo y en la forma, entre su figuración y lo contemporáneo. Su ideal de la perfección en el futuro, no será el particularismo de los sentimientos, sino su grado de la generalidad. Para Pedro Ruiz, lo más importante es el aprendizaje. Por eso pinta un mundo en el que proyecta la energía del universo natural. Tiene como guía y cómplice la frase de Aristóteles cuando afirma: “Somos lo que hacemos cada día, de modo que la excelencia no es un acto es un hábito”.
Para Pedro Ruiz, la enorme conciencia de la naturaleza sale del inconsciente. El principio es un mundo genético y donde se retoma el común del inconsciente colectivo y la realización de un camino colectivo para la liberación, como lo explica Karl Young.
Pedro Ruíz pinta en su estudio proyectos de vida y nos anota: “Mientras pinto y mientras vivo, hago un homenaje a la humildad. El hilo conductor de mi trabajo es la naturaleza, eso me permite una capacidad para encontrarle significado a lo sagrado y a lo humano como hilo conductor”.
Pedro Ruiz piensa en términos prácticos: “Para ser grande primero, se debe a prender a ser pequeño; porque en la humildad está la base de la grandeza”.
Oro es el verdadero comienzo de la ruta de su obra. Es el principio que tiene como objetivo encontrar y demostrar los múltiples significados del mineral precioso. Oro; como concepto donde cada cual puede encontrarle significado y para él es la naturaleza. Pero hay que buscar para encontrar lo maravilloso que tiene la vida misma.
Pedro Ruiz es un artista que nació artista y para recordarlo, pintó como una guía que lo acerca siempre a su tema central al poema “Durante cuánto tiempo nos engañaron” de Walt Whitman:
¡Durante cuánto tiempo nos engañaron!
Trasmutamos ahora,
nos apresuramos a huir
cómo huye la
naturaleza.
Somos la naturaleza,
durante mucho tiempo estuvimos lejos.
Pero ahora volvemos,
nos convertimos en plantas,
en troncos, en follaje,
raíces y cortezas.
Estamos asentados en la tierra,
somos peñascos,
pastamos,
somos dos en medio de la hacienda bravía,
tan espontáneos como los otros.
Somos dos peces que nadan juntos en el mar,
somos lo que son las flores del algarrobo,
derramamos fragancia
en los caminos de la mañana y de la tarde.
Somos también lo sucio de las bestias,
de las plantas, de los minerales.
Somos dos aves de rapiña,
nos elevamos en el aire y miramos la tierra.
Somos dos soles que deslumbran,
somos nosotros dos los que giramos,
cósmicos y estelares,
somos como dos cometas.
Merodeamos, cuadrúpedos y feroces, por la espesura,
y saltamos sobre la presa.
Somos dos nubes que se desplazan en lo alto
cuando amanece o atardece.
Somos dos mares que se unen,
somos esas olas felices que se revuelcan
y se juntan, mojándose.
Somos lo que es la atmósfera,
transparentes, hospitalarios,
permeables, impermeables.
Somos nieve, lluvia, frío, tinieblas,
somos lo que el planeta engendra y protege.
Hemos descrito círculos hasta volver los dos al hogar,
hemos renunciado a todo,
salvo a la libertad y a nuestra alegría.
La naturaleza, en la serie ORO refleja aspectos complejos de la condición humana, los principios estéticos, los intrincados o los refinados. Lo que yo estaba conociendo allí, del otro lado del espejo, en la "naturaleza", no era mi codicia, mis intenciones utilitarias, mi "animalidad" o los llamados "instintos", etc., estaba viendo las raíces de la simetría humana, de la belleza y la fealdad, de la estética, de la propia condición viva del ser humano y su pequeña cuota de sabiduría. La sabiduría, la gracia corporal del ser humano y aún su hábito de fabricar objetos hermosos, son tan animales como su crueldad. Después de todo la palabra animal significa "Dotado de espíritu" (animus). El "espíritu y naturaleza" de Gregory Bateson.