En el Museo Nacional se presentó una nueva serie de Pedro Ruiz que, como siempre recoge en sus ilustraciones su interés ecológico ideal. En esta serie el Tarot se trabaja como un instrumento de búsqueda interior que Invita a un viaje hacia lo profundo de sí mismo. Se trata de conocer y descubrir un mundo simbólico inspirado en elementos tradicionales del Tarot antiguo. Como es su convicción Pedro Ruiz combina elementos significativos de la biodiversidad de Colombia, para comunicar de manera pedagógica y artística la riqueza ambiental del país.
Como anota el artista “Colombia es uno de los países más biodiversos del planeta. Su territorio alberga, entre otros, la mayor variedad de aves y de especies de orquídeas en el mundo. No obstante, el conocimiento y la conciencia ambiental que un colombiano promedio tiene de su entorno es limitada. Podría mencionar aquí, dos grandes circunstancias que ayudan a entender esta situación.
» Por un lado, los contenidos y materiales pedagógicos que se utilizan en los colegios así como los referentes culturales se basan en su mayoría en modelos exógenos. Un niño aprende a sumar manzanas, no chontaduros; conoce el elefante y la jirafa, no el oso de anteojos ni la tortuga charapa. Lo mismo sucede con los contenidos de los medios de comunicación, a través de los cuales los niños y jóvenes construyen referentes mediante imágenes y sentidos de otras culturas como los Simpson, los superhéroes, las cantantes de pop y los animales de la fauna africana, entre otros”.
En este contexto, el Tarot de la Naturaleza se diseñó como un juego de cartas que sirve a un público amplio para difundir la riqueza de la biodiversidad en Colombia. Es en un material lúdico, pedagógico, espiritual y artístico a que busca sensibilizar y abrir espacios de conocimiento espiritual en unión con la naturaleza.
El Tarot es un libro muy antiguo, lleno de conocimientos y de sabiduría, es un libro de símbolos introducido en Europa en la Edad Media. Unos dicen que vino de Egipto, otros de la India, de Arabia y hasta de la Atlántida. Se utilizó y aún hoy se utiliza como un juego de cartas que pueden ser interpretadas de diferentes maneras para percibir el universo, los seres, los misterios del ser humano y de la vida que hay en la tierra. En el siglo XVII, en Europa, se unificaron dos partes, la europea y la egipcia, dando origen a la baraja de 78 cartas que actualmente conocemos.