La palabra sorpresa hoy tiene nombre y apellido: Pedro Castillo. En Chota (Cajamarca), a casi mil kilómetros de Lima, a lomo de su yegua encabritada por la multitud y con un enorme sombrero “chotano” de paja y ala ancha, el maestro de la escuela llegó a votar en las elecciones del domingo 11 de abril. Una semana antes era un desconocido entreverado entre 18 candidatos, pero ese día Castillo entró con fuerza a la política. Antes de la medianoche su nombre resonaba internacionalmente como el candidato más votado en la primera vuelta de las presidenciales peruanas. Las élites limeñas se acostaron sin salir del asombro de que después de los últimos cinco presidentes encunados en Lima estuviera por llegar uno de izquierda de lo que llaman “el Perú profundo”.
En efecto, Pedro Castillo Terrones, 51 años, nació en Cajamarca una de las regiones más pobres, en el norte de Perú. De una familia numerosa, fue el tercero entre nueve hermanos, maestro de primaria desde 1995, obtuvo una maestría en Psicología Educativa en el 2013. Siempre presume de sus orígenes humildes y de su condición de maestro, por eso es común verlo con un lápiz enorme, que además es símbolo de su partido político Perú Libre, autodefinido de izquierda marxista. Antes, desde el 2002, Castillo había sido un líder regional de Perú Posible, el partido de centroizquierda fundado por el expresidente Alejandro Toledo.
Castillo se inició política en Perú Posible del expresidente Alejandro Toledo, hoy blande el lápiz de Perú Libre
En Cajamarca, su liderato no trascendía más allá de la región que, en medio de su pobreza, tiene la mayor mina de oro de Sudamérica. Pero en el 2017 los maestros se volcaron a las calles exigiendo aumentos salariales y la eliminación de la evaluación periódica. 75 días cesaron las clases en todo Perú, Castillo que había tomado el liderato de las movilizaciones, dejó desde se momento grabado su nombre en la esfera pública.
Al maestro cajamarquino que lideraba una sección disidente del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú (Sutep) frecuentemente se le relaciona con el Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef), el brazo político del grupo terrorista Sendero Luminoso. Él lo niega tajantemente señalando que fue rondero, miembro de las autodefensas campesinas para impedir que en su región entrara el grupo marxista-leninista-maoísta de Abimael Guzmán.
En 2020 anunció su candidatura presidencial por Perú Libre, cuando el líder, Vladimir Cerrón fue inhabilitado, en lo que Castillo llama "persecución política". Entonces, Lilia Paredes Navarro, la profesora con quien se casó a los 30 años y sus hijos Alondra, Jennifer y Arnold lo vieron partir de Chota para hacer campaña en la camioneta prestada por un miembro de su equipo que se varó en Tarapoto, donde sigue hoy siendo reparada. Fiel a la estrategia maoísta que la revolución debe hacerse del campo a la ciudad, Castillo se fue adentrado en las zonas rurales del interior y terminó campaña sobre su caballo en la capital en un acto que llamó “la toma de Lima”.
Hizo campaña en el Perú profundo y sorprendió con la toma de Lima montado en un caballo
En las encuestas no llegaba a los dos dígitos. Pero las urnas dijeron otra cosa. Fue vencedor en las cinco regiones más pobres del país, triunfó en 16 de las 26 circunscripciones electorales y Perú Libre fue la fuerza política más votada logrando entre 28 y 30 parlamentarios en el próximo Congreso.
El vencedor de la primera vuelta navega entre dos aguas. El excandidato premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa lo pone así “representa a la extrema izquierda en lo económico y la extrema derecha lo social”. Su partido propone un modelo de “economía popular con mercados”, y para ello Castillo ha impulsado la idea de derogar la Constitución de 1993 promulgada por Fujimori y amenaza con cerrar el Congreso si fuera necesario y acudir a una asamblea constituyente. La lista de propuestas causa pánico en las élites peruanas que siempre han rechazado cualquier manifestación de izquierda.
De llegar al Palacio Presidencial buscará la nacionalización de sectores estratégicos, como el minero, gasífero y petrolero, aumentará el presupuesto de la agricultura y la educación, y posiblemente intentará cambiar el sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones y los tratados con Estados Unidos, de lo que es fuerte crítico. Y continuará con su mismo sueldo de maestro.
El movimiento MeToo no pasa por esa izquierda que es muy conservadora en lo social, que rechaza el aborto, el matrimonio homosexual, la igualdad de género en el currículo escolar, que le dice no a la eutanasia y apoya la mano dura en el orden público. Castillo es devoto de la Virgen de los Dolores, y por eso nunca falla a la fiesta de Anguía, y aunque influido por la familia de su esposa estuvo en la Iglesia evangélica Nazareno, ha retornado a las tradiciones católicas.
Los analistas políticos ven a Castillo muy cercano a Evo Morales. "Perdimos en Ecuador, pero ganamos en el Perú", dijo el expresidente boliviano al concluir el superdomingo electoral. Y anotó las coincidencias con el ganador de la primera vuelta: la reducción de su salario, la refundación de la nación y la nacionalización de minería e hidrocarburos.
La última encuesta de Ipsos da 11 puntos de ventaja a Pedro Castillo sobre Keiko Fujimori
Quedan 43 días hasta el domingo 6 de junio de la segunda vuelta. Keiko Fujimori será ese día quien lleve la bandera de quienes no pueden ver a Castillo ni en foto. La hija de expresidente genera un rechazo enorme entre los votantes pero los fujimoristas acérrimos la ayudaron a conseguir su cupo en el balotaje con el 13, 35 % de los votos dentro de su partido Fuerza Popular frente al 19,09 % de Castillo de Perú Libre.
La tendencia de Castillo va en ascenso. De ser tan desconocido que el día de la elección CNN no tenía ni su foto para colocarla debajo de su partido con la cifra de la votación, hoy no es solo es triunfador indiscutido sino que va barriendo a la oponente. Un sondeo de Ipsos le da 11 puntos de ventaja sobre Keiko. Castillo canaliza el 42 % de intención de voto, Keiko 31 % él es muy fuerte en las zonas rurales y el centro en que se impone cómodamente ( 51 %-24 %,) mientras ella gana por amplio margen en Lima (43 % -26 %) donde las élites siguen buscando respuestas a unos resultados que llegaron con el lema de campaña del ganador : "¡Nunca más un pobre en un país rico!".