En la jornada 36 del paro nacional camionero en 2016, una decena de periodistas llegaron temprano al bunker de la Fiscalía con una pregunta: ¿Pedro Aguilar, líder de los camioneros, tiene investigaciones judiciales? Y la respuesta oficial e inmediata fue: “No existe ninguna investigación contra él”. Poco antes de las cuatro de la tarde el propio Fiscal General (e) Jorge Perdomo convocó a los periodistas y entregó una novedad: Pedro Aguilar ya estaba incurso en varias investigaciones penales por los delitos de concierto para delinquir, bloqueo de vías, lesiones personales, daño en bien ajeno y tentativa de homicidio. Siete meses después el amo y señor del paro camionero ha sido detenido.
Para ese momento muchas carreteras del país, y en particular las del departamento de Boyacá, eran un auténtico polvorín. En Duitama un hombre que participaba de la protesta murió cuando la confrontación contra el Esmad terminó en tragedia. La caravana del gobernador de Boyacá, Carlos Andrés Amaya, se volcó luego que le lanzaron al paso un poste de cemento: el conductor del funcionario estuvo media hora atrapado entre las latas del vehículo y el mandatorio sufrió fractura craneoencefálica y múltiples heridas en el brazo, rodilla y cadera. Actos vandálicos se registraron en Antioquia En Nariño hubo un muerto y dos heridos por cuenta de un accidente ocasionado por aceite vertido en la vía. En Manizales un grupo de periodistas fue agredidos por camioneros. En Valle del Cauca hubo disparos y varios carros quemados, y en Antioquia no se le permitió el paso a una ambulancia. Las troncales viales tomadas a la fuerza por los camioneros pusieron en jaque al gobierno y la situación sacó de casillas al propio presidente Santos que ordenó en tono personal: “Yo se que el Ministro de la Defensa ya tiene 23.000 unidades, entre soldados y policías en las carreteras, pero necesito aún más, no sólo quiero que militarice aun más las carreteras sino que me capturen a todos los responsables de estas amenazas y de esta violencia”.
Con el caos y el vandalismo imperando en las carreteras del país, las miradas se dirigieron a un hombre: Pedro Antonio Aguilar Rodríguez. El líder camionero que apenas la noche anterior al desmadre desde Fontibón arengó ante a los camioneros inconformes en estos términos: “No podemos seguir permitiendo que nos sigan mamando gallo. Si mañana nos tocan un camionero más le cuento que esto se acabó, que hagan lo que quieran porque nos vamos es a encender a golpes también… Les pido el favor, llamemos a los de los turbos, llamemos más amigos, llamemos a todo el mundo, que a Bogotá no le entre comida para que sepan que somos los camioneros”. La directriz de Aguilar se cumplió severamente.
El poder del fundador y presidente de la Asociación Colombiana Camioneros (ACC) sorprende a todo aquel ajeno al gremio, pero no es nada nuevo para ningún trasportista colombiano. Aguilar es un bogotano de 60 años que ha conducido –cada vez con mayor injerencia– los 25 paros nacionales que han realizado los camioneros desde 1995 hasta ahora. Toda su familia se ha dedicado al negocio del trasporte de carga por carretera, empezando por su padre que fue camionero. Con él, Aguilar hijo se inició desde muy joven en el negocio pasando por todos los puestos. Conoce como pocos cada rincón del país pues rodó por las carreteras desde que era menor de edad al paso lento de los camiones de carga pesada, los mismos que luego condujo. Con los años dejó el volante y se fue ocupando de los asuntos estructurales del gremio, consolidándose al mismo tiempo como un empresario y como la voz más atendida del sector. Sus principales fortines están Boyacá y Valle aunque la ACC tiene 17 seccionales en todo el país.
Aguilar es un líder que incluso ha buscado en varias oportunidades –infructuosamente– llegar al Congreso. La primera en 2002 cuando se presentó con el aval de la Alianza Social Independiente y luego en 2010 y 2014 cuando fue candidato de La U al Senado. No es mera coincidencia que el ex presidente Uribe haya manifestado su respaldo al actual paro camionero a través de un video. Aguilar, de la mano del entonces candidato presidencial Angelino Garzón, apoyó la máxima aspiración de Juan Manuel Santos, sin embargo, en los últimos cinco años ha liderado cinco paros nacionales reclamando incumplimientos del gobierno.
En el último paro Aguilar y su gremio exigieron tres cosas fundamentalmente: primero, aumento del 40 por ciento en la tabla de fletes, segundo, mantener la chatarrización (uno a uno: que por cada viejo carro que salga del parque automotor ingrese uno nuevo apalancado con un subsidio) y, tercero, bajar los precios del combustible y peajes. Pero hay quienes dicen que Aguilar tiene intereses particulares más que gremiales.
Mientras que los camioneros chocaron contra la fuerza pública el presidente de la ACC se defendía de varias acusaciones. La ex ministra de Transporte Cecilia Álvarez dijo que Aguilar tenía centenares de investigaciones y que “tiene cientos de camiones”, mientras que otro líder del gremio llamado José Montealegre, crítico de Aguilar, fue más allá y aseguró que este “es dueño de por lo menos 300 tractomulas que tiene escondidas en parqueaderos de Cali. No están a nombre de él, sino de testaferros. El integra la cruzada camionero que no es otra cosa que el cartel de la chatarrización”. En el mismo sentido Caracol Radio reveló audios que supuestamente demuestran que la familia de Aguilar hace parte de ese cartel en el que el truco es comprar camiones viejos a precios bajos y luego ajustar los papeles para lograr cobrar la indemnización de chatarrización que es de 70 millones por vehículo.
Pedro Aguilar rechaza todas las acusaciones, Dice que son falsas y que lo que buscan es desacreditar el paro. ¿Por qué cuando ella era ministra si vio que yo era un pícaro, por qué no fue a la fiscalía y me denunció? se pregunta en referencia a la ex ministra Álvarez. Aguilar sólo admite que uno de sus hermanos fue condenado en un proceso por matricular irregularmente un camión pero afirma que este fue víctima de un estafador. Y sobre su supuesta riqueza como dueño de vehículos asegura: “Si mi familia tiene carros eso no es pecado. Yo tengo 15 tractomulas, mi padre tiene 22 y mis hermanos y tíos por ahí de a tres”, dice.
Para algunos se trata de una flota inmensa, para él no: apenas el fruto del trabajo de toda una familia dedicada por más de medio siglo al trasporte de carga en Colombia. De cualquier forma, Aguilar ha puesto en jaque al país, los estragos del último paro se hacen sentir: la Federación Nacional de Avicultores reportó que millones de gallinas, pollos y huevos se perdieron porque la cadena de suministros no operó durante dos semanas. En el oriente de Antioquia se tiraron más de 5 mil litros de leche y 5 toneladas de alimentos que se descompusieron porque no pudieron movilizarse.
La venganza por los destrozos del Paro se han hecho realidad: Pedro Aguilar puede verse expuesto hasta 17 años de cárcel.
