La miel de abejas es un alimento que proviene del néctar de las flores. Gracias al enorme trabajo de las abejas, es posible cosecharla y utilizarla en múltiples preparaciones.
A continuación se listan los cinco pecados capitales a la hora de consumir miel de abejas por parte de los colombianos:
1. Consumir una sustancia que no es miel de abejas
Aunque parezca ilógico, en el mercado colombiano existen cientos de productos en las góndolas de los supermercados, rotulados como miel, pero que advierten claramente en sus etiquetas, que provienen de procesos industriales, (mezclas de agua, azúcar, conservantes y saborizantes) dichos productos son consumidos bajo la concepción de ser un alimento benéfico lo cual está lejos de ser real.
La situación es peor cuando el producto que llega al consumidor final, resulta ser una vil falsificación en la que NO se advierte del proceso industrial y se engaña al cliente, con un producto dulce que carece de todas las bondades nutricionales de la miel de abejas.
2. Considerar que la miel cristalizada es falsa
La miel es una sustancia que con el paso de los días cambia su estado líquido a sólido, este proceso natural, técnicamente se conoce como cristalización, en los hogares se le denomina “azucarar” o “endurecer”.
Contrario a lo que parece, solo la miel que es pura tiene la capacidad de cristalizarse con el paso de los días, siendo esto una garantía de pureza.
Cuando la miel se cristaliza, es posible consumirla en estado sólido, cristalizar no significa que la miel esté dañada, por el contrario, la miel de abejas es el único alimento sobre la tierra que no tiene vencimiento siempre y cuando se almacene y maneje de forma adecuada.
3. Imaginar que toda la miel de abejas es del mismo color y sabor.
A la hora de consumir miel de abejas, existen tantas fragancias, aromas, y colores como flores en la naturaleza. Existe toda una diversidad de mieles por descubrir y degustar.
A modo de ejemplificación las mieles de la región andina en Colombia, son caracterizadas por ser de tonalidades claras y aromáticas, contrario a las mieles de la región de la Orinoquia, cuya tonalidad resulta más oscura y su sabor neutral.
La tonalidad y el sabor depende del tipo de flor que las abejas visitan.
4. Consumir miel de abejas solo cuando se está enfermo.
Existe suficiente evidencia científica que sustenta las bondades nutricionales de la miel de abejas, en cuanto a la prevención y manejo de algunas enfermedades, el problema está en que, la cultura del consumidor colombiano, solo se basa en consumir miel de abejas especialmente cuando se tiene alguna enfermedad respiratoria. No existe como en muchos casos la cultura de la prevención.
Prueba de lo anterior es el pobre consumo per cápita de miel de abejas de los colombianos, el cual ronda los 70 gramos por año, un consumo bastante menor en comparación a países desarrollados en donde los promedios per cápita de consumo, rondan los 1.000 gramos de miel de abejas por año.
5. Calentar a miel a temperaturas superiores a 40º
En diversas preparaciones de los hogares colombianos o cuando la miel se cristaliza y se quiere volver a tener en estado líquido, la miel se calienta.
Cuando la miel de abejas se calienta por encima de los 40º, gran parte de su valor nutricional se puede perder, por lo que si se quiere consumir siempre un producto con alto valor nutricional se debe tener especial cuidado con la temperatura.
Después de esta lista de pecados capitales, la invitación es a consumir miel pura de abejas. Ojalá pueda contar con un apicultor de confianza que le garantice en su hogar las múltiples bondades de este maravilloso producto.
Con la compra de miel de abejas pura se apoya una actividad ambientalmente sostenible y se dignifica el trabajo de cientos de apicultores colombianos.