“La verdad por difícil que sea es la base de la reconciliación” así empezó su discurso el expresidente Juan Manuel Santos ante la Comisión de la verdad. Por lo que vale la pena reflexionar un poco sobre esto.
Cuando se habla de paz en Colombia, uno de inmediato se pregunta: ¿qué paz?, ¿cuál paz? En el año 2016 después del plebiscito se logró formular un nuevo acuerdo para el alcance de la tan anhelada paz en el país. Por lo que el expresidente Juan Manuel Santos a razón de su lucha por la implementación de los acuerdos, fue galardonado con el premio Nobel de la Paz. Lo que en su momento fue un gran respaldo de la comunidad internacional. Poco después de conocerse la noticia, el expresidente afirmó que recibía el premio “en nombre del pueblo, pero especialmente de las víctimas del conflicto armado”. Hoy ese mismo pueblo lo escucha pedir perdón ante la Comisión de la Verdad y se pregunta ¿por qué no lo dijo antes? ¿Cómo fue posible que nuestro Nobel callara durante tanto tiempo? De seguro con el tiempo estas preguntas encontrarán respuestas, pero por ahora quedan flotando en el aire, en la cabeza de más de un colombiano al igual que de las víctimas a quienes dedicó su galardón.
Y es que los falsos positivos son uno de los mayores horrores del conflicto armado en Colombia durante los últimos 20 años; donde militares recibían dineros por bajas en “combate”, práctica que se llevó fuertemente entre los años 2002 y 2008, tiempo durante el cual nuestro Nobel desde 2006, fue Ministro de Defensa del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez. Fue en este periodo de tiempo como resalta el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz); donde al menos 6.402 civiles en su mayoría jóvenes fueron asesinados extrajudicialmente, por las fuerzas militares del Estado. Según datos de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) fue durante este periodo de tiempo, donde se desarrolló el 78% del total de victimización histórica. Ante esto, en la comisión de la verdad con una voz lenta, reflexiva y ya cansada el Nobel pidió perdón: “Me queda el remordimiento y el hondo pesar de que durante mi ministerio muchas, muchísimas madres (…) perdieron a sus hijos por esta práctica tan despiadada (…) Eso nunca ha debido pasar. Lo reconozco y les pido perdón a todas las madres y a todas sus familias, víctimas de este horror, desde lo más profundo de mi alma".
Por lo que no solo hemos llegado aquí ante la verdad del expresidente, sino ante el ocaso de un Nobel que prácticamente se queda solo y que ha desaparecido del escenario político del país. Hoy muchos de los que gritaban en las calles “Santos, amigo, el pueblo está contigo” a lo sumo recordarán esto con cierta ironía y desconcierto. La verdad es que nuestro Nobel se inscribe como parte de la historia amarga reciente del país.
Hoy en día, la paz en Colombia no transita muy bien si es que en algún momento lo ha hecho. Según la ONG Movimiento por la Paz; la firma de los acuerdos con las Frca no ha significado el fin de la violencia, hasta abril de 2017 pocos meses después de la firma de los acuerdos 34 defensores ya habían sido asesinados. En un reciente informe, sobre la verificación de la implementación de los acuerdos finales, el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), destacó su preocupación respecto a la “persistente violencia, en la forma de amenazas y asesinatos de líderes sociales, defensores de derechos humanos y excombatientes de las FARC, así como el recrudecimiento de las masacres”. Y es que en lo que va corrido del 2020 hasta mayo de 2021 según Indepaz, se han registrado 48 mascares que han cobrado la vida de 158 personas.
Por otro lado, el narcotráfico asola el país: las disidencias de las Farc, la Segunda Marquetalia y el Clan del Golfo son las organizaciones delincuenciales más grandes. Las drogas siguen siendo uno de los mayores problemas que sufre el país y que las políticas implementadas hasta el momento resultan ser ineficientes.
Por lo que de esa cosa llamada “paz” solo queda un sueño, o al menos la ilusión de lo que pudo ser. Seguimos presenciando la violencia, un gobierno que no ayuda al esclarecimiento de la verdad y una situación actual muy difícil que atraviesa el país. Al expresidente se le puede reconocer la valentía de presentarse y contar su verdad. Sin embargo, deja más dudas que certezas. A día de hoy como colombianos seguimos buscando la paz, porque lo único que hemos encontrado es el ocaso de un Nobel.
Referencias y fuentes de información
Discurso del expresidente ante la Comisión de la Verdad viernes 11 de junio de 2021.
Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Porcentaje de victimización histórica.