Hace más de 20 años, la bogotana Paula Mendoza, quien había estudiado comunicación social y periodismo tenía un sueño que la trasnochaba. Fue así como decidió renunciar a su trabajo y se fue a Perú a conocer diferentes técnicas de joyería. Al regresar al país, pidió un préstamo al banco con el que haría sus primeros diseños de joyas, las cuales llevaban piedras incrustadas que se empezaron a comercializar en un taller ubicado en la capital.
Así llegaron sus primeros clientes, quienes eran las esposas de algunos embajadores que vivían por ese momento en Bogotá. Prediciendo el futuro, Paula tomó una decisión: la de internacionalizar su marca. Se mudó a Washington y se puso a estudiar Escultura en la Escuela de Artes y Diseño Corcoran. Fue así como con una primera colección entre manos, la diseñadora se contactó con una tienda en Boston que le compró sus joyas.
Seducida por las esmeraldas y el oro, combinó estos dos materiales y comenzó a fabricar diseños con manos artesanas en Colombia para hacer alta joyería. Sin embargo, Paula quería una línea más fashion por lo que produjo una serie de piezas amorfas y geométricas más asequibles.
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Esa nueva línea de joyas conllevó a que, en 2014, una estilista de moda buscara a Paula por Instagram para pedirle algunas piezas para un video musical de la cantante Beyoncé. A partir de ese entonces, las joyas se empezaron a comercializar en Net-A-Porter, Saks, Harvey Nichols y Bergdorf Goodman, las principales tiendas online y por departamentos del mundo.
Simultáneamente con estos logros, las joyas comenzaron a ser usadas por personajes como la tenista Venus Williams, la modelo Karolina Kurkova, la empresaria Lauren Santodomingo y hasta Kylie Jenner, quien es hermana de Kim Kadarshian. Y es que los diseños de Paula pocos convencionales se convirtieron en el objeto del deseo en la industria de la moda, así como de las estrellas musicales. Selena Gómez, Ciara, Alicia Keys y hasta Rosalía, quienes fueron cautivadas por las joyas de Paula Mendoza.
Pero el éxito no paró ahí, en el 2015, la joyera conoció a la icónica Anna Wintour, directora de la revista Vogue, la publicación de moda más importante del mundo. Todo esto se dio, gracias a que Paula fuera nominada como mejor diseñadora de accesorios del Council of Fashion Designers of America (CFDA). Después de eso, las joyas aparecieron en las páginas de esta publicación.
Sin embargo, con la llegada de la pandemia, la marca se replanteó todo el modelo de negocio. Recogieron todas las joyas que tenían los retailers y comenzaron a fortalecer su propio canal webside.
Por su parte, Paula con su equipo de trabajo que está conformado, principalmente, por madres cabeza de familia de la zona de La Candelaria en Bogotá, se puso a evolucionar las técnicas de producción, pulieron las joyas y las hicieron más livianas y con volúmenes más definidos.
Actualmente, la marca cuenta con un showroom en la capital y está a la espera de abrir una segunda tienda en la ciudad de la eterna primavera. Además, una nueva colaboración junto J Crew, la gran cadena de moda de Estados Unidos se encuentra entre manos. Cabe destacar que este año, la bogotana realizó una colección especial de joyas junto a la marca Seven Seven con la que apostó a llevar sus productos a un mercado más masivo.