Auteco, la marca a la que se le debe la primera moto de Colombia, empezó como un pequeño almacén de venta de repuestos de carros con estación de gasolina en Medellín a comienzos de la década de los 40 en el siglo pasado.
Esta marca, que hoy es insignia colombiana, también fue la primera que puso una moto a rodar en el país. Hoy tiene más de 500 puntos de venta, dos gigantes plantas de producción y su registradora ha facturado en los últimos años más de $800 mil millones.
Todo empezó en la mente del paisa Paúl Vásquez, quien se formó como ingeniero en Inglaterra y regresó a su Medellín en 1941 a montar un local de repuestos y accesorios para los pocos carros Ford y Chevrolet que rodaban en la ciudad por aquellos años, mientras las economías del mundo se desplomaban alrededor de una la Segunda Guerra Mundial desatada por la Alemania Nazi de Hitler.
Mientras el negocio de repuestos iba por buen camino, a Paul Vásquez se le metió en la cabeza la idea de traer motos al país, un vehículo que, en ese momento, solo era conocido por los pocos que viajaban a Estados Unidos y Europa.
Acabó la guerra en 1945, Paúl Vásquez viajó a Estados Unidos y metió en un barco las primeras motocicletas que entraron por el puerto de Barranquilla. Fue un lote de la desaparecida marca Indian, la entonces competencia de las Harley-Davidson, pero un poco más económicas. Un par de esas motocicletas se las compró la Guardia Presidencial de Alberto Lleras Camargo. Ese fue el inicio de Paúl Vásquez en un millonario negocio que ya lleva 82 años.
Después de comercializar las Indian, trajo otras marcas como Excelsior y Monark, pero había poca clientela. Estas motos tenían un alto valor y no eran fáciles de comprar por la mayoría de colombianos.
La gran disparada del negocio ocurrió una década después, en 1954, cuándo Paúl Vásquez consiguió la representación y la licencia para ensamblar la moto italiana Lambretta que se volvió moda entre los jóvenes y los amantes del motociclismo. En ese momento nació la primera ensambladora de motos del país. Vásquez la puso en Itagüí, donde permanece en hoy. Esta moto fue ícono nacional y Paúl Vásquez se convirtió así en el primer rey de las motos de Colombia.
Después de un viaje a Japón, el ingeniero antioqueño trajo en 1972, el documento firmado por los directivos de Kawasaki para ser el único vendedor de sus motos en territorio colombiano. También consiguió el permiso para ensamblarlas en su ya gigante empresa de Itagüí. El boom de las motocicletas trajo la el interés y sobre todo, la inversión de empresarios que le vieron futuro al negocio de andar en dos ruedas.
En el escenario aparecieron los empresarios vallecaucanos Joaquín Losada Salcedo y Jorge Herrera Barona quienes obtuvieron la representación de la japonesa Honda. El otro jugador que logró una importante firma fue el industrial Alejandro Echavarría con Fenalca S. A. que se quedó con la representación total de la marca también nipona, Yamaha. Estas empresas, junto al crecimiento de Vásquez inundaron el país de motos, preferidas por los muchachos y aventureros que buscaban un vehículo ágil y sobre todo más económico que los carros.
Para poder competir con el auge de las motocicletas japonesas que invadieron el mercado, quitándole protagonismo a la pionera Auteco, la empresa antioqueña comenzó una cacería de marcas económicas que pudieran ser más atractivas que las niponas. Así, lograron hacerse a un buen portafolio de motos que la ha mantenido en la pelea por los clientes.
Bajaj, por sus ventas, fue la joya de la corona de Auteco por muchos años. Esta moto de origen indio, una de las más vendidas en su país, actualmente y desde hace muchos años, es número uno en Colombia. Desde 2006, ninguna ha podido arrebatarle el liderato al que llegó por su bajísimo precio. Bajaj fue marca de Auteco hasta 2019 cuando el empresario guatemalteco Richard Campollo le arrebató la distribución y el ensamble para Colombia a la empresa de la familia Vásquez.
Con la empresa ya en manos de los cinco hermanos Vásquez Restrepo, hijos del fundador, Auteco se hizo con la representación de marcas muy bien vendidas en el país como la Kymco que llegó en 2003. KTM, las motos de aventura y velocidad se hicieron parte de Auteco en 2012.
La fabricación de motos y bicicletas eléctricas llegó de la mano con la construcción de la segunda planta de producción que se levantó en el sector empresarial de Mamonal en Cartagena en 2016. Dos años después entró al portafolio la marca deportiva Husqvarna. TVS es la más reciente adquisición de Auteco y lleva cuatro años con su representación.
En 2019, Auteco se dividió en tres empresas: Auteco Mobility, Synergix y Soltrech desde donde manejan todos los frentes de trabajo bajo la tutela de los Vásquez Restrepo sentados en las Juntas Directivas para conducir la empresa que les dejó su padre, quien solo por el hecho de meter los vehículos de dos ruedas al país, seguirá siendo el rey de las motos en Colombia.
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