Todo artista sueña con terminar su carrera musical por todo lo alto, rodeado de todos aquellos que corearon sus éxitos y con tanto amor los llevaron a las mieles de la fama, pero para Patricia Teherán, la llamada Diosa del Vallenato, no fue así. Ella abandonó este mundo al interior de ese Mazda 626 con placa PB-6054, después de que saliera disparado dando vueltas a causa del estallido de una de las llantas traseras.
Transcurría el 19 de enero de 1995, en compañía de Patricia iba Víctor Sierra al volante, quien murió al instante del accidente. Tayron del Cristo (su manager) y Guillermo Pertuz (presentador y jefe de prensa de la agrupación) resultaron heridos. Todo sucedió en la carretera que de Barranquilla conduce a Cartagena.
La cartagenera nacida el 10 de junio de 1969, le bastaron 25 años de vida para que con sus interpretaciones y su incomparable voz, entonando “tarde lo conocí” y “me dejaste sin nada”, se inmortalizara como la cantante de música vallenata más importante de todos los tiempos.
Héctor Sarasti, periodista del programa Testigo Directo y para la época cronista judicial de un periódico, cubría los hechos más escabrosos del país, pero sin duda alguna jamás olvidará ese 19 de enero de 1995, cuando entró a la morgue de Cartagena para ser testigo directo de una de las noticias más tristes de la historia del vallenato.
Han pasado 26 años desde su fallecimiento, pero el periodista Héctor Sarasti todavía recuerda como si hubiese sido ayer las palabras de Magaly Pájaro, madre de crianza de Patricia Teherán, cuando vio su cadáver: “Patricia, párate, vamos párate”. El desespero y dolor conmovieron al periodista, quien en el siguiente reportaje de Testigo directo, cuenta detalles inéditos del fallecimiento de la Diosa del Vallenato.