El abogado Juan Carlos Galindo no era nuevo en la Registraduría cuando fue escogido por los tres presidentes de las cortes para reemplazar a Carlos Ariel Sánchez quien completó dos períodos. Ya había estado al frente de la Registraduría entre enero y diciembre del 2007 cuando fue designado por el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez para reemplazar, después de su retiro, a Alma Beatriz Rengifo, quien estuvo en la entidad durante cinco años.
Su estreno como registrador en el 2015 fue aparatoso en las elecciones atípicas en La Guajira a raíz de la destitución de la gobernadora Oneida Pinto. Galindo viajó hasta ese departamento para constatar personalmente que no hubiera irregularidades. Al final de la jornada electoral, Galindo dijo frente a las cámaras de televisión nacionales que las elecciones se habían desarrollado “con total normalidad y transparencia”. La versión oficial del registrador fue desvirtuada al cabo apenas de unas pocas horas, cuando empezaron a circular en redes sociales videos, audios y fotos que mostraban el fraude en esas elecciones. Había sido tan evidente y grande el fraude que el gobernador elegido, Wilmer González, no permaneció más de ocho semanas en el cargo.
Abogado javeriano, Juan Carlos Galindo es hijo del exconsejero de estado Carlos Galindo Pinilla, quien estuvo en la sección primera de esa Alta Corte entre 1973 y 1980. Nacido en Bogotá, el 4 de marzo de 1962, creció entre las conversaciones sobre leyes que planteaba su papá con magistrados en su casa y en las que se escondía para escucharlo todo lo que decían los grandes. Esa influencia fue fundamental para que eligiera estudiar derecho en La Javeriana.
Después de hacer una maestría en derecho económico y de seguros en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, se fue a trabajar con su papá en la firma de abogados Galindo Abogados. A los 39 años su amigo, Edgardo Maya Villazón, entonces Procurador, lo nombró delegado ante la sección Quinta del Consejo de Estado. Esta fue la oportunidad para establecer relaciones con los magistrados en cuyas manos está el nombramiento del Registrador. Además tuvo el aval de Uribe Vélez para ser, durante un año, Registrador encargado. Su secretario privado fue Aurelio Iragorri. A finales del 2007. En su breve primer periodo en la Registraduría tuvo una actuación que tuvo una importante repercusión mediática: los organismos de control necesitaban en un solo día el consolidado de los candidatos inscritos a las elecciones regionales de ese año. Se necesitaba saber cuáles políticos podían estar en problemas con la justicia, una labor que podía demorarse 15 días pero que gracias a la gestión de Galindo se pudo sacar en 24 horas. Pero no muchos quedaron contentos con él. Fue acusado de haberle filtrado el censo electoral, en cabeza de Álvaro Echeverry Londoño, a los promotores del referendo reeleccionista de Álvaro Uribe.
El impase tuvo solo cuestionamientos y repercusiones mediáticas. Incluso, en diciembre del 2007, se presentó en el concurso de méritos, que abrieron los presidentes de las altas cortes, que finalmente ganó ese año Carlos Ariel Sánchez, quien retiró a Galindo de la institución. A pesar de no contar con todo los votos, como el del magistrado Gustavo Aponte, Carlos Ariel Sánchez, quien contaba con el respaldo del Partido Liberal y del expresidente Ernesto Samper, terminó elegido registrador, cargo en el que permaneció 8 años, después de una reelección.
En efecto, Galindo terminó por fuera de la Registradruría hasta su regreso triunfal el 4 de diciembre del 2015 a reemplazar precisamente a Carlos Ariel Sánchez.
Las primeras elecciones nacionales que presidía fueron las del domingo 11 de marzo. Tuvo un mal debut, por una actuación que sembró la desconfianza y que candidatos como Gustavo Petro lo tienen en la mira. Improvisación en el manejo de la logística llevó que los formularios para la Gran Consulta por Colombia (Alianza Pastrana-Uribe) resultarán insuficientes generando una agresiva protesta en las mesas de votación. El resultado fue que el Registrador debió ordenar fotocopiar los formularios, que en principio son papeles valor, y habilitarlos con las firmas de los jueces electorales. Una situación impensable después de los meses de preparación que tuvo la institución.
Sin embargo, no ha sido este el único cuestionamiento al que ha sido sometido. A finales de mayo del 2017 decidió devolverle la personería jurídica a Alas-Equipo Colombia, partido del que fue abogado cuando sobre él llovían los más duros cuestionamientos por los nexos que tenía con el paramiltarismo, razón para la cual había perdido el derecho a participar en elecciones. Durante más de 7 años este estuvo por fuera de la contienda electoral, cuando sorpresivamente Galindo le abrió la puerta de entrada.
Sin embargo su gran desafío han sido los cuestionamientos que le ha hecho el candidato Gustavo Petro quien dejó un manto de duda sobre la confiabilidad de la Registraduría. Petro recordó la manipulación de la que fue víctima el software de la entidad y que le terminó restando votos al partido Mira quien durante más de dos años recopiló las pruebas necesarias para demostrar que hubo un error en el conteo de votos
El registrador se enfrenta este domingo al desafío de sacar adelante unas elecciones que han tenido la sombra del fraude y los cuestionamientos.