Recientemente leí un artículo de @MalEconomista en su blog del El Espectador que me pareció muy general; pero en muchos aspectos acertado acerca de las Representaciones Estudiantiles de las Universidades Públicas y su relación a mi juicio demasiado directa con un reconocido partido político.
Luego de compartir esa columna en mi cuenta de Facebook un amigo me hizo una crítica, a la cual respondí de forma muy escueta y que motivó la redacción de este texto. Inicialmente él me decía “Generaliza la izquierda, como si fuera homogénea, sería más correcto hablar de izquierdas”. En ese punto estoy de acuerdo con mi amigo; tanto en la izquierda como en la derecha hay distintas tendencias, unas más extremas, unas moderadas, unas que creen aún en soluciones por la vía armada y otras que creen no solo lógico sino sensato un dialogo constructivo en una sociedad que se dice, al menos en teoría, es democrática.
Hasta ahí, no hemos entrado de lleno en el tema, el blog critica la acción de muchos representantes con la siguiente introducción. “cualquier acto de intervención de los representantes estudiantiles parecía escrito por el mismo libretista, con el único propósito de encerrarse en una pobre estructura argumentativa plagada de adjetivos repetitivos siempre acompañados por la palabra neoliberal”. A lo cual mi indignado amigo responde: “generaliza su tesis de ‘individuos (de izquierda) carentes de argumentos y expertos en desvirtuar al contrincante con adjetivos que le descalifican y alzando el tono de voz’ ”. En parte es verdad; pero no porque los estudiantes carezcan de argumentos, sino porque tienen organizado un discurso político.
En principio un discurso político debe tener cosas simples, generar emociones en las personas, particularmente emociones viscerales que impulsen a las personas a adoptar esa postura y que son válidas en un entorno convulsionado como el nuestro donde lamentablemente la práctica política no es dar argumentos sólidos, sino vender ideas, dar falsas expectativas y en casos extremos comprar votos con tejas y un plato de lechona. Con esto no estoy señalando que la izquierda (sentido amplio) incurra en estas prácticas, simplemente que como electores nos hemos acostumbrado a no revisar seria y concienzudamente las propuestas y programas de gobierno de los candidatos y que esto nos ha hecho presa fácil de estos métodos “simples” de hacer política.
"La práctica política en Colombia no consiste en dar argumentos sólidos, sino vender ideas, dar falsas expectativas y en casos extremos comprar votos con tejas y un plato de lechona."
Como decía anteriormente, no es carencia de argumentos, por el contrario sobran, tal vez por eso es que un día como hoy hay protestas generalizadas en las calles de las principales ciudades del país. Sin embargo, no siempre se está dispuesto a ver o a escuchar estos argumentos, por lo que la estrategia más sencilla es volverlos lemas o frases de fácil recordación, como las que describe el artículo, hechas por el mismo libretista.
Pero como creo que me estoy desviando, quiero resaltar que me parece preocupante que una sociedad diversa y heterogénea como la nuestra la mayoría de representaciones esté en manos de diversas corrientes de postura política similar, esto sin duda trasciende a las acciones individuales, puede que haya Representantes de izquierda muy buenos, que se preocupan por los compañeros de su carrera. Sin embargo, en muchas ocasiones hemos tenido el desagrado de ver como estos espacios son mal usados como plataforma para incursionar en política, en particular para hacer carrera en el reconocido partido mencionado en el blog.
Esto último genera en muchos Estudiantes una percepción bastante desdibujada del rol de los Representantes, quienes son percibidos por muchos como el personaje que organiza los paros y los bloqueos de edificios, cuando no debiera ser así. En mi perspectiva uno cumple una función principalmente administrativa, pero si uno logra involucrar a sus compañeros y futuros colegas en la resolución local de los problemas, puede con ello cumplir una función política. Enseñando que la institucionalidad puede funcionar, defender los derechos de las personas y también que cualquiera puede hacerse por voluntad propia participe de ella.
Quiero resaltar que el articulo critica que en la práctica justamente se haga lo contrario, se anteponga el aspecto político haciendo que algunos puntos de la agenda de los estudiantes pasen a segundo plano y en su lugar se ponga la agenda del partido. Haciendo que la Representación se convierta en una vitrina más de proselitismo político.
Esto en perjuicio de muchas justas reivindicaciones de los Estudiantes, que se hacen menos visibles cuando adquieren un color particular, como por ejemplo la progresiva desfinanciación desde hace casi 25 años a la que se ha sometido a la Universidad Nacional y la universidad pública en general y que es la mayor causa de muchos de los graves y profundos problemas que enfrenta.
De otro lado mi amigo mencionó que el blog genera esta percepción: “Estigmatiza al pensamiento de izquierda afirmando que es la puerta de entrada para ‘la infiltración de universidades por agrupaciones al margen de la ley’ “. Considero que en ningún momento el blog hace mención sobre el particular, es más solo menciona que se hace agenda política particular, lo cual en mi opinión está bastante alejado de la vía armada. Sin embargo cuestiona si la agenda política es acorde con las necesidades de un grupo tan variado y heterogéneo como los Estudiantes.
"En ningún momento el blog hace mención sobre la vía armada, es más solo menciona que se hace agenda política, lo cual está bastante alejado de esta".
Para ir terminando, no quiero dejar al lector sin la oportunidad de reflexionar sobre lo siguiente: ¿Por qué fracaso la MANE en su intento de una nueva ley de Educación? Mis hipótesis son: Primero, que al momento de pasar de la acción y la movilización, a las propuestas la MANE perdió la A. Dejo de ser amplia, en el sentido de que dejó de recoger las iniciativas de estudiantes que no comparten las doctrinas y tesis de la izquierda, es más dejo de recoger a la mayoría del estudiantado, que como buen reflejo de la sociedad en la que vivimos no es muy avezado en el ámbito político sino todo lo contrario.
Segundo, la indiferencia, ya resuelta la coyuntura volvamos a lo nuestro y sigamos como si no hubiera pasado nada, esto dejo el hueco necesario para que los de siempre ocuparan ese espacio y la inmensa mayoría volviéramos a quedar como antes, sin una voz que piense de forma similar y lo exprese.
Finalmente quiero decir que en mi humilde opinión una Representación, primero está para representar es decir para defender la postura de un colectivo particular, esto sin hacer primar la opinión o el punto de vista que tenga el representante sobre el tema o al menos no hacerlo sin una previa discusión y acuerdo con sus representados.