La coalición de Centro que plantea el exministro Ocampo, es quizás la única posibilidad de iniciar los verdaderos cambios que necesita el país, pues ni la derecha (la tradicional y ahora la ultraderecha) en más de 100 años de gobiernos lo ha hecho; dejándonos una herencia de gran desigualdad, pobreza, desempleo e informalidad, corrupción, violencia e inseguridad y atraso.
Con el primer gobierno de izquierda con Petro y su pacto histórico, había muchos de promesas de inicios de cambio y digo inicios, porque estos graves problemas crónicos no los puede solucionar ningún gobierno en solo cuatro años; sin embargo, esta esperanza e ilusión se ha ido diluyendo, pues el gobierno de Petro se ha dedicado más a la confrontación y peleas con la derecha, es muy poco lo que concierta, a pesar de ser minoría en el Congreso y algunos de sus familiares y altos funcionarios se han vuelto en escándalos de corrupción, de manera similar que en los gobiernos de derecha anteriores; así que ni la derecha ni la izquierda son garantía que el año 2026 vayan a iniciar la transformación de nuestro país.
¿Entonces qué queda? Pues un partido o una coalición de centro, pero acá también surgen las inquietudes. En las elecciones del año 2022, se conformó una coalición de centro, pero fracasó rotundamente, por varias razones; entre ellas, porque primaron los egos personales y cada candidato quería que los demás lo apoyaran, pero no en escoger el mejor candidato para el país.
Un partido serio o coalición seria de centro, no puede pensar que solo con salir cada cuatro años a hacer campaña presidencial y para el Congreso, va a lograr llegar a la presidencia y si lo logra y no tiene mayorías en el Congreso, es poco lo que puede hacer, como lo vemos con Petro.
El éxito en llegar al gobierno, hasta ahora, de los partidos de la derecha tradicional (liberal, conservador, la U), es porque tienen una gran base popular y ahora lo está logrando también la ultraderecha del Centro Democrático y Cambio Radical, en menor medida.
Si el Centro no trabaja en esto, la derecha o la ultraderecha, en sus diferentes facciones, seguirán gobernando a Colombia por muchos años más.