El gobierno nacional ha lanzado varias estrategias para debilitar el paro con el objetivo de no negociar: la primera es declarar que se trata de espontáneos que salieron a manifestarse, buscando desconocer el Comando Nacional de Paro (CNP). Recordemos las razones y el desarrollo cronológico del paro nacional: su causa es el modelo neoliberal que convierte a Colombia, en sí muy rico, en un país de personas pobres, con la producción y los empresarios nacionales quebrados, y donde los derechos fundamentales se han transformado en negocio. Ante este hecho la población se ha venido organizando, con la convocatoria de infinidad de encuentros regionales y nacionales de organizaciones sociales, recogiendo las penurias en un pliego de peticiones y conformando un Comando Nacional de Paro. A continuación se hizo la socialización del pliego, determinando unos objetivos concretos, se estudió el estado de ánimo de la población y se rechazó la violencia como método para la conquista de dicho pliego.
El documento fue presentado al gobierno y al país, pero es ignorado con arrogancia por el presidente Iván Duque, por lo que se convocó un paro nacional para el 21 de noviembre de 2019, que se extendió a diciembre siguiente. Se establecieron mesas de conversación que le “mamaron gallo” al CNP, por lo que este fijó una nueva convocatoria de paro nacional para el 25 de marzo de 2020, que no se realiza por motivo de la pandemia, la que aumentó la crisis de la población, motivando varias reuniones del CNP y sus organizaciones sociales, quienes elaboran un Pliego de Emergencia presentado al gobierno, que nuevamente lo ignora. Entonces se convoca el paro del 28 de abril y otros dos el 5 y el 12 de mayo. Estos paros no son de espontáneos; tienen una dirección, unos objetivos, rechaza la violencia y maneja una táctica fundamentada en la participación voluntaria de la población.
Otra estrategia del gobierno es reprimir violentamente el paro y dejar infiltrar sus actividades por sujetos que ejercen la violencia, con el objetivo de meterle miedo a la población y hacer que le retiren apoyo al paro. La Defensoría del Pueblo, un apéndice de Duque, reportó al 7 de mayo 26 asesinatos, 548 desaparecidos, 364 civiles y 41 militares heridos y quejas de violaciones de derechos humanos, entre ellos, la aberrante violación sexual a varias personas. Los paros en el mundo se desarrollan en las vías públicas, por lo cual el CNP autorizó “darle curso en los sitios de bloqueos y de resistencia, a los corredores humanitarios para el tránsito de ambulancias, vehículos con oxígeno y la infraestructura de salud, vehículos que transportan medicamentos, alimentos y gasolina”. Sin embargo, la violencia es evidente por parte de:
i) Las fuerzas militares, autorizadas por el presidente Duque, donde existen evidencias en videos que han sido motivo de reclamo por organizaciones como la Unión Europea y Estados Unidos.
II) Por grupos armados organizados que van vestidos de civil, que asesinan y "vandalizan" los bienes públicos y privados; estos actúan de manera armónica y sincronizada, por lo cual deben tener una orientación ideológica y material.
iii) Por los lumpen que encuentran una oportunidad de conseguir algún recurso y a ellos se les une la delincuencia común, resultante de una sociedad desigual.
iv) Aquellos que equivocadamente creen que con la violencia pueden ayudar a conquistar las peticiones de la población, una táctica que ya demostró su fracaso más absoluto. ¡Se rechaza todo tipo de violencia!