Que este paro le quedó grande al remedo de presidente que eligieron en Colombia es una realidad. Que el fiasco ya no lo traga ni el propio expresidente líder ni la Cabal y su marido con apellido francés. La culpa la tienen todos aquellos, entre esos muchos amigos míos, que no se dieron cuenta de la incapacidad del presidente que elegían.
El manejo que le ha dado el CD a este paro, solo reprimiendo brutalmente, lo que se suma a la presencia de extremoderechistas que sin escrúpulos disparan desde Toyotas de lujo que curiosamente ni las cámaras de las esquinas detectan, lleva a lo que realmente parecía inimaginable: la muerte del uribismo en menos de 24 meses, ya en estado terminal del que no se repondrá salvo un autogolpe de Estado o una triquiñuela antidemocrática al estilo de su peor enemigo: Maduro, para perpetuarse en el poder otros 20 años más.
Y es que el castrochavismo que nos vende el uribismo como el enemigo de la paz y el progreso no es para nada diferente al bestialismo mismo de atropellar con tanquetas y disparar a estudiantes, violar niñas universitarias y justificar asesinatos (como el eterno director de Fedegan pretendió hacer con Lucas Villa).
Están asustados en el uribismo. Por primera vez hasta la derecha les está sacando el c*** al presidente. Duque no la pudo embarrar peor.
Pero si por la derecha llueve, por el petrismo no escampa para nada. Ataques verbales incendiarios, choques entre Petro y Nayibe y otros líderes de la izquierda, unido esto a la falta de propuestas serias, que aglutinen y centren, que busquen conciliar posiciones en lugar de echar más leña al fuego, no ayudan mucho al padre del diputado del Atlántico que viaja y ostenta estos viajes por Europa —al igual que los del hijo de Bolívar y al mejor estilo de Nicolasito Jr. Maduro—.
Y es que este paro que incitó la izquierda irresponsablemente sin importar COVID-19, muertos ni ojos estudiantiles nuevecitos sacados a escopetazos sin dolor de patria ni humanidad, ya se salió de la madre. No pertenece ya a los líderes políticos de ningún partido.
Es Juan Pueblo, el de a pie, el que hoy protesta sin importar que hayan retirado provisionalmente la reforma tributaria que originó todo por irresponsabilidad y altivez de Duque y Carrasquilla. Es Juan Pueblo el que está cansado de los abusos; de la pésima salud que solo enriquece las EPS a cambio de una innecesaria intermediación; y de las multas de tráfico leoninas, carísimas y que paran en bolsillos de los de siempre, bancos del Grupo Aval y otros grupos que literalmente extorsionan cobrando hasta la consulta de saldo y nunca devolvieron los 45 billones robados a los clientes del UPAC.
Así mismo, ese Juan Pueblo está harto de las universidades privadas llenándose los bolsillos con plata de los programas Excelencia y Pilo Paga, mientras la U. nacional, la UFPS, la UIS y la U. de Antioquia pasan afugias y cierran cupos eventuales; y de que ya no puede andar ni siquiera en TransMilenio porque los vándalos como Epa Colombia destruyen el sistema, ni a pie exponiéndose a una bala asesina en las protestas. Ese mismo pueblo es el que ahora de verdad por primera vez está protestando por iniciativa propia.
Es el síndrome del perrito tacita de té, que cansado de que lo pateen en cada esquina de una habitación cerrada y así lleve las de perder, al final —en la cuarta esquina— decide morder al agresor en defensa propia, así este mida 20 veces más y pese 50 veces su pequeño peso.
Ni en mis tiempos de estudiante de universidad vi tanto cansancio en los rostros de los manifestantes y de los policías que en voz baja reconocen que no tendrían por qué estar defendiendo a los que nos robaron Reficar, Hidroituango, Chirajara y la 26 (estos de izquierda)... Juan Pueblo requiere un líder natral, salido de las entrañas propias, pero con capacidades de sentar a la derecha y a la izquierda radicales en los extremos de una larga mesa, a que negocien con el constituyente primario, o se vayan pa la m*****
La intervención internacional se avizora si Uribe y Petro no entienden que ya sobran ambos en el escenario político. Como dijo De Francisco al padre de Tomasito, pero extendiendolo al ex M—19, ya hermanos, déjennos salir en paz, ¡¡¡sin ustedes!!!!
Que los que tienen alguna vocería con credibilidad —un Robledo de la izquierda inteligente y sensata, un Galán de la derecha centro, un Camilo de Nariño o alguno que la Providencia nos regale— se unan y entre todos saquemos este país hermoso que los Uribes, los Petros, los Duque, los Lafaurie, los Fajardo, los Pastrana, los Jojoyes, los Reyes y cientos más convirtieron en lo que Cesar Londoño llamó alguna vez un país de mierda.
La hora actual marca el final del uribismo y la internación en UCI del petrismo. En nuestras manos está que no caigamos en fascismo, pero tampoco en oclocrasia. Reflexionemos qué puedo aportar yo al país, cada uno, y la próxima vez, votemos bien, ¡¡¡carajo!!!