El paro nacional que se realizara el próximo 17 de marzo, convocado por el Comando Nacional Unitario que está conformado por las centrales obreras CGT, CUT y CTC, será en contra de la política social y económica del gobierno del presidente Santos y por las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores y del pueblo en general, y no tiene que ver con un respaldo a pie juntillas al gobierno por los diálogos en Cuba con las FARC, como algunos medios y personas despistadas lo quieren presentar.
Sin embargo, desde que comenzaron las conversaciones en La Habana, las centrales obreras se pronunciaron a favor de las negociaciones, pero eso en buen romance no puede significar que la paz política sea a cualquier precio o que el estado claudique frente a la narcoguerrilla. Porque las personas que hemos trajinado durante muchos años en la actividad sindical sabemos con toda claridad que las organizaciones populares defienden los intereses de los ciudadanos humildes, que son las principales víctimas en un conflicto, lo que indica que desde el punto de vista social y humano hay que buscar la paz, y los elementos políticos y jurídicos de una negociación con la subversión son responsabilidad del gobierno para no darle ventajas a los bandidos que iría en contrapelo de la libertad y la democracia, de ahí que frente a las criticas y objeciones a los diálogos en Cuba que tienen destacadas personalidades de la vida nacional, el gobierno no las puede tomar como anatemas.
La doctora Clara López presidenta del partido Polo Democrático, planteo que el Paro del 17 de marzo debía tener como punto principal el respaldo a las negociaciones en Cuba, lo cual sería poner a los trabajadores y a las masas al servicio únicamente de una causa política para hacerles olvidar de sus apremios, así se esté buscando el fin del conflicto, olvidándose de los justos reclamos de la población, por eso el pliego de peticiones que se le presenta al gobierno se enfoca en buscar soluciones prácticas a los graves problemas que aquejan a las mayorías nacionales, y una cosa es lo de La Habana y otro el Paro Nacional, porque hay que reiterar que las Farc solamente se representan a ellas mismas, y que el conflicto político militar se genero hace 51 años por culpa de las guerrillas marxistas de las Farc y el Eln para tomarse el poder, y no por lo que se llaman causas objetivas, pues en ese caso habría guerrillas comunistas totalitarias por lo menos en 130 países, lo cual demuestra la argumentación falaz de los cabecillas de las bandas armadas y de sus palatinos.
La representación legitima y natural de los sectores populares pertenece a las organizaciones sindicales y sociales, que no necesitan para nada del apoyo perverso de las guerrillas, ya que se deben de valer de sus propias fuerzas, pues una democracia autentica se construye mediante el desarrollo de las entidades antes mencionadas, que demostraran en el Paro del 17 de marzo su autonomía frente a la manipulación política que se pretende hacer desde los flancos.
Las organizaciones internacionales de los trabajadores deben de prestar la más amplia solidaridad a la protesta del jueves 17 de marzo, comenzando por la CSI(confederación sindical internacional) y la CSA(confederación sindical de trabajadoras y trabajadores de las Américas) además de otras entidades con representación sectorial mundial, también es importante para los trabajadores colombianos recibir el apoyo de sindicatos como la COB(central obrera boliviana) la CGT de Argentina, la CUT y Fuerza Sindical de Brasil, CTM(confederación de trabajadores Mexicanos) y de centrales sindicales como las españolas UGT(unión general del trabajadores) USO y CGT. Nombramos algunas y nos queda faltando una cantidad importantísima, pero lo fundamental es la solidaridad como base de la unidad para ir cohesionando la organización mundial de los trabajadores.
Los gobiernos del socialismo del siglo XXl o también denominados “alternativos y progresistas” han conspirado en contra de los sindicatos en la región, y por eso en Venezuela y Ecuador se presentan los más bajos índices de sindicalización, lo que demuestra que los regímenes neomarxistas no les interesa la organización de los trabajadores, sino usarlos como herramientas para sus fines burocráticos, estatistas y enajenadores, pues hay que enfatizar que en los últimos 17 años desde que irrumpió el bodrio castrochavista en Latinoamérica, escasamente se han realizado dos paros nacionales significativos de trabajadores en Bolivia y Argentina, lo cual es una muestra que el Paro del 17 de marzo en Colombia es un hito para Latinoamérica.
Así que las negociaciones de La Habana no puede enredar la gran movilización popular de marzo en cabeza de las centrales obreras, por ello hay que hacerle claridad a la población, porque lo de Cuba no debe influir de ninguna manera en la lucha sagrada de los trabajadores y del pueblo, ya que el engendro marxista que abrazan las Farc tanto en la teoría como en la práctica ha sido uno de los peores verdugos que ha tenido la humanidad en todos los tiempos.
Por otra parte es bueno conocer la posición de todos los partidos políticos con representación parlamentaria frente al Paro del 17, porque en los actuales momentos una organización partidistas sin importar su ubicación política en el espectro debe respaldar la lucha social, pues de lo contrario no pasa de ser una empresa electoral o una secta; estamos en tiempo de cambios y hay que actualizarse.