Llego a Bogotá desde la zona veredal Juan Carlos Castañeda, en Carrizal, Remedios, Antioquia. Allá se vive una situación muy delicada, a raíz del llamado paro de mineros que comenzó el día 21 de julio, y que se prolonga con visos de agravamiento por su extensión a otros municipios del Nordeste y bajo Cauca antioqueños.
El conflicto tiene su origen en la actividad de una compañía multinacional, la GranColombiaGold, que a juicio de los mineros amenaza con desplazarlos a todos en la explotación del oro. Los municipios de esa zona del país llevan décadas viviendo de la minería, sus habitantes encuentran en ella su principal recurso de subsistencia y progreso.
En un principio fue bloqueada la entrada y salida de transportes y toda clase de víveres a Segovia y Remedios. Luego se conminó al comercio a cerrar sus puertas, lo cual afectó seriamente la vida de la totalidad de sus pobladores. El bloqueo afecta también a la Compañía que se ha sentado ya a dialogar con los mineros, con presencia gubernamental, sin llegar a ningún acuerdo.
También llegó a Remedios un contingente de 200 hombres del Esmad, el temible cuerpo antidisturbios que el conjunto del movimiento popular en Colombia aborrece por el ejercicio brutal de la violencia que lo caracteriza. En los últimos días comenzaron a presentarse los primeros enfrentamientos con la población y ya se amenaza con el aumento del cuerpo represivo.
Los grandes monopolios informativos del país han publicado algunas notas referentes al conflicto del Nordeste, confiriéndole más bien un tratamiento marginal. Son las redes sociales las que están divulgando diversas fotografías, algunos audios y videos en los que se da cuenta de la situación, mineros heridos, vías bloqueadas, enfrentamientos con el Esmad y zozobra en la población.
En la zona veredal crece la preocupación por el conflicto. Las Farc tienen una larga presencia en la región y su relación con la población minera es de vieja data. Obviamente expresan su solidaridad con la población, pero por el momento se hallan atareadas en las tareas relacionadas con su futuro inmediato. Aparte de la solidaridad moral, su influencia en el paro es casi nula.
Lo cual duele. Los mineros se hallan unidos a las comunidades campesinas e indígenas en esta lucha. Y se desearía estar más involucrados en ella, los revolucionarios siempre deben estar al lado del que se une, organiza y moviliza por sus derechos. Y este es un caso sensible, tiene que ver con el modelo neoliberal que rechazan también de diversos modos otras localidades del país.
En contraste con un problema nacional de hondas repercusiones económicas y sociales, los grandes medios que apenas lo referencian, dedican larguísimos espacios a la situación que se presenta en Venezuela. Hacen del presidente Maduro un dictador infame, niegan la guerra económica y prefieren especular sobre posibles salidas que involucran las FANB
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Otorgan el título de democrática a la rabiosa oposición
que planifica y dirige las acciones terroristas
contra la población venezolana
Otorgan el título de democrática a la rabiosa oposición que planifica y dirige las acciones terroristas contra la población venezolana, califican de ilegítima la convocatoria a la Asamblea Constituyente y a los más de ocho millones de votos que la respaldaron, por encima de las amenazas que desde todas las procedencias se dirigieron contra quienes votaran.
El diario El Tiempo, en su edición del 10 de diciembre de 1990, informaba así sobre los resultados electorales por la Constituyente de Gaviria: “La abstención, con un abrumador 73 por ciento, fue la gran triunfadora en la jornada electoral de ayer, en la que los colombianos aprobaron e integraron la Asamblea Nacional Constituyente…”
“…el mandato popular que recibe el organismo conformado ayer es inferior, en cuanto al número de votos, a los recibidos por el Presidente de la República, el Congreso Nacional e incluso la propia séptima papeleta , en elecciones realizadas todas este mismo año”. Pese a ello afirmaba que nadie cuestionaba la validez jurídica de las votaciones del día anterior.
Un poco más de tres millones y medio de votos, en un país con un tercio de población más que su vecino, eran suficientes para santificar lo que hoy en cambio se considera ilegítimo en Venezuela, donde la votación y los porcentajes del domingo resultan muy superiores a los de la Constituyente colombiana. Más que doble moral eso se llama cinismo, descaro desvergonzado.
Del mismo modo, la revocatoria de la libertad condicional por abierto incumplimiento de las condiciones impuestas por el poder judicial a Leopoldo López y Antonio Ledezma, es presentada como una arbitrariedad más del gobierno de Maduro, que por ello es comparable a las peores dictaduras africanas del siglo XX. Nada dicen sobre las auténticas arbitrariedades de aquí.
Como que más de mil guerrilleros amnistiados e indultados legalmente hace 7 meses continúan encarcelados. Nadie escandaliza por eso, es Colombia, donde la dictadura mediática se esmera por mantener un pueblo en la absoluta ignorancia. ¿Y lo del Nordeste qué?