Los días 8 y 9 de julio se reunirán en Bogotá 640 representantes de las organizaciones sindicales, sociales y políticas para definir la fecha del Paro Cívico Nacional. El evento es convocado por el Comando Nacional Unitario que conforman las centrales obreras CGT, CUT y CTC, ya que se busca la solución al pliego de peticiones de 15 puntos que se le presentó al gobierno en el mes del marzo, del cual no se ha tenido respuesta positiva por parte del ejecutivo.
En el encuentro referido, se buscará fortalecer la unidad de acción con diferentes sectores, para que la protesta social se convierta en un torrente de convocatoria, donde la participación sea pluralista, pacífica y democrática, resaltando que el 17 de marzo pasado se realizo un Paro Nacional con importantes movilizaciones, que es el preludio de la gran jornada cívica y popular que se está programando en el segundo semestre de 2016.
Hay temas de suprema importancia para la discusión de este encuentro, debido al desinterés del gobierno para negociar el pliego presentado por el Comando Nacional Unitario, resaltando que los puntos del petitorio hacen énfasis en el aumento general de sueldos y salarios por el paupérrimo incremento en el salario mínimo, la venta de Isagén y ETB, el escándalo de Reficar, el anuncio de una nociva Reforma Tributaria, la liquidación de Caprecom y Saludcoop, el incumplimiento del acuerdo suscrito por el presidente Santos para reducir los aportes a la salud de un 12% a un 4% a los pensionados, el restablecimiento de los recargos nocturnos, dominicales y festivos los cuales fueron derogados por la ley 789 de 2002.
También en el pliego de peticiones se encuentran puntos como: la exigencia del cumplimiento a los acuerdos firmados con la Dignidad Agropecuaria, Cumbre Agraria, la Cruzada Camionera y los taxistas. Además se emplaza al gobierno para solucionar el alto grado empobrecimiento de los campesinos y de la mayoría de la población, reducir el alto costo en la canasta familiar, combatir el desempleo y la informalidad laboral, dedicar menos recursos al pago de la deuda externa, pues con ese dinero se contribuiría de manera eficaz a solucionar los graves problemas económicos y sociales que aquejan a la población.
No hay que olvidar que el modelo neoliberal implementado en el país y que se pretende fortalecer con las exigencias de la OCDE, surgió hace 38 años de un contubernio entre el partido comunista chino y las grandes transnacionales para superexplotar a los trabajadores del país asiático y repartiesen la plusvalía, lo que condujo a que a nivel mundial se fortaleciera la flexibilización laboral con sus consecuencias nefastas para los trabajadores, y de ahí se deriva el mayor empobrecimiento de las masas en diferentes naciones, por ello hay que buscar un cambio de modelo en un sistema de economía múltiple, que permita el desarrollo social y humano de las persona, entonces la lucha social debe encaminarse por consiguiente a ese objetivo.
Los acuerdos de La Habana entre el gobierno y las Farc, no deben servir para olvidar las aflicciones que sufre el pueblo colombiano, en casos como el alto costo de la vida en donde el salario mínimo no alcanza para adquirir los bienes básicos, y en Cuba se busca el fin del conflicto político militar de 52 años, pero eso no traerá la paz social que es el resultado de las reivindicaciones producto de la lucha de masas, así que el Paro Cívico Nacional que se prepara por parte del Comando Nacional Unitario en contra de la políticas sociales y económicas del gobierno de Santos, será la respuesta ante la falta de atención al pliego de peticiones presentado desde el mes de marzo.
La lucha social no es patrimonio exclusivo de ningún sector político en particular, por eso si vamos a la historia, hay que recordar que la protesta popular más grande en los últimos 60 años en Colombia se realizo el 14 de septiembre de 1977 en el Paro Cívico dirigido por el Consejo Nacional Sindical de aquella época, que estaba conformado por 4 centrales obreras, en donde no se tuvo en cuenta las diferencias políticas e ideológicas para materializar esa magna jornada, de la misma manera en la actualidad prima el pluralismo para la realización del Paro.
Es una afrenta para los trabajadores y la población en general, que mientras a los parlamentarios se les incrementa el sueldo en el 7.7% quedando cada congresista en 27.929.064 de pesos mensuales con retroactividad al primero de enero y subiéndoles más de 2 millones de pesos, para los trabajadores de salario mínimo fue solo del 7%, o sea 45.105 pesos, quedando en $ 689.455 al mes. Lo anterior demuestra las desigualdades aberrantes que promueve el gobierno, por ello la justeza de la movilización con el Paro Cívico Nacional cuya fecha se fijará en el encuentro del 8 y 9 de julio, donde podrán participar los diferentes sectores sindicales, políticos y sociales sin distingo ideológico.