Cualquier cosa puede decirse de Roy Barreras menos que posa de lo que no es. Él se ha mostrado, sin ningún tipo de rubores, como esos dirigentes que tan solo toman decisiones en función de sus conveniencias y sus intereses. Él es el típico político utilitarista. Y punto.
Algo muy diferente es lo que ocurre con sus compañeros de coalición electoral.
Allí todos los demás posan de adalides de la revolución, luchadores de la causa de los descamisados, monjes de la paz, custodios de la moral.
La barahúnda que armaron con la aproximación que hicieron Gustavo Petro y el exgobernador Luis Pérez se puso para alquilar balcón. Fue algo así como la feria de las incoherencias
La primera que pegó el grito fue Margarita Rosa de Francisco diciendo que no entendía, pidiendo que le explicaran.
La verdad, no le entendí muy bien su reclamo.
—¿Por qué habría de sentirse tan incómoda con Luis Pérez después de compartir tan eufórica con Roy Barreras, Armando Benedetti y Luis Fernando Velasco, también llegados desde los partidos tradicionales?
Sería bueno que nos explicara Margarita Rosa en qué recodo se esconde su sutil frontera ideológica con la que separa al uno de los otros.
El segundo en sentar su más enérgica protesta fue el senador Iván Cepeda; afirmó que “las relaciones del Pacto Histórico deben estar exentas de personas que hayan hecho parte del uribismo, hayan sido acusadas de complacencia con acciones del paramilitarismo o señaladas por acciones corruptas. Rechazo cualquier alianza con el señor Luis Pérez”.
La verdad, tampoco le entendí muy bien.
—¿Y sus compañeros y amigos Roy Barreras y Armando Benedetti, acaso no formaron parte de los círculos más cercanos de Uribe?
Tengo entendido que Roy no solamente fue uribista ideológico sino afectivo. Roy le pidió a Uribe que fuera el padrino de su hijo.
—¿Y por qué se le acusa a Luis Pérez de paramilitar?
Me parece un tanto exagerado y fuera de lugar.
El hecho de que Luis Pérez no haya hincado rodillas frente a las Farc ni tampoco haya contribuido a la fuga de Santrich, no lo convierte en paramilitar.
—No hay que ser tan exigentes ideológicamente.
Y sobre lo de la corrupción, está muy bien que sean lo más exigentes posible. En eso deberían ser más rígidos todos los candidatos, de todos los partidos.
Lo que pasa es que uno se confunde con el Pacto Histórico.
—Desde que se hicieron los de la vista gorda con candidatos presidenciales sacando fajos de billetes de bolsas y maletines, la gente se confunde un poco.
No obstante, sus razones tendrán y, finalmente, cada coalición es libre de escoger sus reglas del juego y de discutir sus asuntos como mejor le parezca.
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Lo que sí llama la atención es que la coalición que posa de más moral y democrática termine apareciendo como la más dictatorial y arbitraria
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Lo que sí llama la atención es que la coalición que posa de más moral y democrática termine apareciendo como la más dictatorial y arbitraria.
Uno ve que en las otras coaliciones sus líderes se reúnen y discuten los temas básicos. Por ejemplo, uno ve que para recibir o rechazar a alguien, lo hacen de manera colegiada, consultando a sus compañeros, buscando consensos.
En el Pacto Histórico parece que no es así. Allá como que Petro lo decide todo, sin preguntarle nada a nadie. Y si alguna duda les queda, les toca preguntarle vía tuit.
Si eso es así de candidato… ¿Se imaginan cómo sería de presidente?
—O ustedes lo adoran tanto que lo consideran infalible, hasta el punto de delegarle un poder omnímodo o él se les impone a rajatabla y ustedes tienen que acatarlo.
Si es lo segundo, no resulta comprensible cómo ustedes siguen teniendo cara para recomendándoles a los colombianos que voten por una persona así.
Cerró con broche de oro Margarita Rosa de Francisco con un tuit lapidario: “Queda uno sin autoridad moral para exigirle nada a nadie”.
Solo que surge, entonces, otra pregunta.
—¿Y quién dijo que el Pacto Histórico tiene autoridad moral para exigirle algo a alguien?
Si el exgobernador Pérez insiste en meterse al Pacto Histórico solo resta recomendarle que se acerque a la Cruz Roja y que compre un buen cargamento de suero antiofídico.
Estando así las cosas, es muy probable que a Roy Barreras nunca se le hubiera ocurrido hacer esos reclamos tan incoherentes.