Es una constante que no respeta género, edad, forma de transportarte, raza o estrato social, porque todos nosotros lo estamos viviendo día a día. Es una constante de nuestro diario vivir y es ver cómo se pasan los semáforos en rojo, pero lo peor es que somos todos: peatones, ciclistas, motociclistas, taxis, buses, busetas, carros, camionetas o cualquier cosa con ruedas se te puede atravesar en tu camino apenas cambia el semáforo en verde, cualquier cosa y este comportamiento en vez de ser cada vez menor, por sus consecuencia fatídicas que trae, es cada vez más habitual.
Pero es también cada vez más común estar aburridos, malgeniados, histéricos y podemos hasta insultar de manera exacerbada cada vez que nos sucede, de estar a portas de que alguien nos atropelle o de casi atropellar a alguien, es una sensación que nadie quiere experimentar, pero lastimosamente es un fenómeno que cada vez se repite más y puede ser que a esta altura de nuestras vidas ya sea un hábito, que es mortal y aquí el gran problema que tenemos, ya que más de 3.000 colombianos perdieron la vida entre los meses de enero y junio y la mayoría de los fallecimientos ocurrieron en zonas urbanas como informó la agencia nacional de seguridad vial.
Si analizamos estos datos, quiere decir esto que 6.000 familias colombianas en 6 meses fueron afectadas de forma directa ya que 3.000 mil perdieron un familiar que estaba en la mayoría de los casos en edad productiva, queriendo decir con esto que deja a una familia sin una entrada de dinero, pero del otro lado, la persona que termina siendo quien atropella, ya que esta persona también tiene grandes impactos como confusión, miedo y estrés emocional , a lo que se le suma además las consecuencias legales que traen consigo estar envuelto en un accidente de tránsito, en el cual murió una persona, que si se piensa, puede terminar en un proceso penal y podrá terminar pagando 5 años de prisión si es culpable y como está registrado, esto sucede a personas en edades productivas, lo que lleva nuevamente afectar una familia de por vida, porque ni la familia de quien muere en el accidente de tránsito se podrá recuperar de esta pérdida, ni la familia de la persona que iba conduciendo.
Como evitar esto y la respuesta es simple, tan simple que es triste que nos estemos matando por no seguir las señales de tránsito, por eso, independientemente en que se movilice, piense en usted y su familia cada vez que no tenga en cuenta las señales de tránsito, porque son muchas las familias que están siendo afectadas por no seguir las reglas mínimas de tránsito.
Pensemos seriamente, a todos nosotros nos esperan nuestras familias, ya es hora de seguir las reglas mínimas de convivencia, porque decisiones que se toman en menos de 10 segundos pueden afectar a muchas personas que lo único que quieren es poder vivir al lado de sus seres amados.
No podemos esperar como sociedad que se llene todas las ciudades de Colombia con guardas de tránsito y de cámaras para poder seguir las reglas mínimas de convivencia porque si lo pensamos, nos hemos acostumbrado a que seguimos las regla de convivencia si hay alguna autoridad presente o castigo como la foto multa, pero si no lo hay, ¿ya no importa nada?, ¿todo se puede hacer? Ya sabemos las respuestas a estas preguntas, nos estamos arruinando la vida entre nosotros mismos, por eso autocontrolémonos, entre todos podemos cuidarnos y cuidar las familias de otros colombianos con una simple forma de manejar y transitar nuestras calles y es seguir las normas de tránsito. Volvamos un hábito nuevamente entender que el rojo es de pare y no de sangre y dolor.
