Me perdonan Poncho Zuleta, Jorge Celedón y Silvestre Dangond quienes le cantaron a Duque, pero nadie duda que la canción de las elecciones fue Iván y sus Bang Bang. En poco más de dos minutos el maestro Edson Velandia le dio un costalado de razones a buena parte de los ocho millones de personas que votaron por Petro. Ahí están los resultados: más de 2 millones de reproducciones en menos de un mes.
Velandia no es de hacerle militancia política a nadie. Es independiente, como su música. Libre como uno de esos pájaros que el ve cada mañana en su casa en Piedecuesta, el pueblo en el que decidió vivir porque le dio la gana, porque Bogotá es horrible mano, porque no hay nada como ver uno a los cuchos todos los días así ya uno esté bien entrado en los cuarenta. Desde Santander regresa a su casa, Bogotá, a tocar por primera vez en el año con la banda completa, una banda con la que está dando guerra desde hace diez años y con la que cruzó el continente hasta la Patagonia en el 2010 en una de las giras más alocadas y divertidas que músico colombiano haya hecho jamás. Este viernes en Latino Power volveremos a ver el poder de Edson junto al trompetista Jorge “El León “ Pardo, a quien vi en Buenos Aires patearles el culo a los mejores jazzistas argentinos, a Daniel Bayona en el bajo y a Henri Rincón en la batería. Los vi en ese mismo lugar en febrero del 2015, el mismo día que tocó en Bogotá Foo Fighters, mano y enloquecieron a las dos mil personas que lo fuimos a ver. Llegan estenando disco de vinilo, porque ahora también entraron a esa joda, con su sencillo La Nevera que es tan bueno como El sietemanes, Chuvak y el Profesor Miguernica. Van a tocar como tres horas.
Así que amigo progresista y antiuribista, si tu pena te carcome, si estás cansado de sufrir en los últimos dos días, si no puedes consolarte con nada, lo que necesitas es música y que mejor que Velandia y sus muchachos. Así que nos veremos allá este viernes desde las nueve de la noche en Latino Power, la dirección es Calle 58 #13-88 en Chapinero. Mataremos esa tusa bebiendo hasta el agua del florero.
