La selección, luego de la clasificación a los octavos de final, deberá enfrentar a Inglaterra, que si bien es un equipo con historia, su actualidad deja mucha más dudas que certezas, pues sus últimas participaciones mundialistas no han sido las mejores. Suponiendo, como creemos, que va a pasar, los rivales de cuartos serían Suecia o Suiza, que si bien son equipos estructurados, en el papel son más débiles que Colombia.
Pensemos bacano, podemos llegar al sexto partido, el cuadro nos favorece y el salto de calidad de nuestros jugadores nos hace ilusionar y creer que podríamos llegar a estar entre las mejores cuatro selecciones del mundo. Y no se trata de ser triunfalista o menospreciar a los rivales, sino de convencernos de que ya no somos una selección que va al mundial a pasear y a solo aportar su presencia. Brasil 2014 fue nuestro quiebre, y no podemos retroceder, Rusia 2018 deberá ser nuestra confirmación de convertirnos en un equipo top.
Según la BBC, tenemos 11 % de probabilidades de llegar al sexto partido, la cifra se reduce por el enfrentamiento contra Inglaterra (mayor coeficiente histórico) y el mal partido contra Japón y Senegal, pero la verdadera medición del juego colombiano es el enfrentamiento que se la ganó a Polonia, ¿no cree usted que ese equipo es más que Inglaterra, Suecia o Suiza? Creeríamos que sí.
Ese sexto partido no solo sería nuestra mejor participación en un mundial, sino también la oportunidad de posicionar nuestra liga local aún más dentro de los estándares mundiales y por lo tanto generar mejores recursos para la competitividad. Ese sexto partido es la gran oportunidad de seguir mostrando la otra Colombia que aún se desconoce en muchas latitudes del mundo; ese sexto partido lleva consigo la resiliencia de un país que se sobrepone a tantos golpes de su cotidianidad, que aún no sabemos cómo sigue en pie.
Pensemos bacano, pensemos con ilusión.
