En un mundo que tiende a ser globalizado por la incesante competitividad entre los agentes económicos como los factores productivos. Es necesario que el capital humano, el talento humano, la mano de obra, la fuerza de trabajo se fortalezca, ampliando como enriqueciendo sus competencias gruesas y blandas.
En efecto, la educación como variable de desarrollo contribuye en el mejoramiento del aparato productivo. En virtud, que al tener un capital humano competente estos pueden sortear los cambios incesantes del capital en un sistema económico que se caracteriza por la acumulación de algunos agentes. Precisamente, la teoría del capital humano, de los premios nobel de economía Becker, Mincer y Schutz, establecen que los ingresos de una persona profesional, va en concordancia con los estudios realizados y la experiencia obtenida en el parque empresarial. De ahí, que se pueda afirmar, que por lo menos, al realizar estudios abre la posibilidad de mejorar los ingresos en comparación con los individuos que no la efectúen.
En el mismo sentido, en un país con un tejido empresarial tan frágil que se puede catalogar como oligopolista, dado la concentración de activos en los mismos agentes, necesita capital humano que creen, innoven y amplíen las empresas y eso lo contribuye el estudio. Ya que se adquiere herramientas para la gestión, el desarrollo y la producción de bienes y servicios.
Asimismo, la literatura especializada en ciencias sociales ratifica como la educación contribuye en el mejoramiento de la interacción de las personas. En efecto, al tener más categorías y conceptos para interpretar la realidad y por consiguiente en la resolución de problemas se reduce la confrontación y se escucha más al otro. De igual forma, la educación reduce en pequeñas dosis la ignorancia tan grande que tiene el ser humano frente a su vida, el planeta, los animales no humanos etc.
Por lo tanto, la educación como potenciador del ser humano es una variable socioeconómica que contribuye en la ascenso de las personas. En consecuencia, en un país con más de la mitad de las personas económicamente activas en la informalidad, con un tejido empresarial donde más del 90% son pymes, con una acumulación de capital en la que 2700 personas mal contadas se quedan con más del 76% del PIB según en PNUD. Sin olvidar, que el apoyo a la investigación es casi nulo por parte del Estado colombiano como de los otros agentes como lo son las empresas y las universidades con lagunas excepciones.
Es imperativo capital humano que cree y vigorice las empresas para reducir el desempleo y la informalidad. Se necesita capital humano que investigue, genere innovación y producción intelectual que engrandezca el valor agregado de los bienes y servicios. La educación, es el instrumento por el cual se puede reducir la pobreza, la ignorancia y sobre todo abre la ventana para poder entender, aprender y amar aún más la vida.