No califico al presidente, prefiero calificar al pueblo que lo escogió a él y, aunque otros no hayan votado por él, eso no les quita el deber ni el derecho que tienen en su pueblo.
Las hormigas son las mejores trabajadoras, pero además porque trabajan en equipo, si bien hay una jerarquía, también hay una construcción a partir de esos elementos de liderazgo y dominio.
De esa manera no funcionan las cosas en Colombia, las jerarquías en este caso solo sirven para golpear al empleado, mientras que ese empleado sale y golpea a otros y así se convierte en una red que trabaja para destruirse como sociedad. Así que cuando no se construye trabajo en equipo, todo se vuelve más complejo, más denso tanto, que los actuales gobernantes han saqueado el país y han esclavizado al Colombiano, ese contexto acontece cuando nace una sociedad en el olvido, nacimos olvidados, nacimos egoístas, nacimos vacíos. Por eso, nos engrandecemos cuando vemos a los famosos de nuestro país triunfar pero le damos la deshonra con el trato apático con nuestros compatriotas tanto aquí como en el extranjero.
Esta sociedad del egoísmo representa el por qué es que tenemos a un presidente como Duque y no uno como del linaje de Gaitán.
Por eso, ¿para qué calificar al presidente? Es mejor calificar a quienes lo eligieron y de igual a manera a quienes se quedan sentados, viendo cómo pasa la comedia, día tras día, año tras año.