¿Para qué buscar el poder si todo lo han vuelto corrupción? ¿Para qué?

¿Para qué buscar el poder si todo lo han vuelto corrupción? ¿Para qué?

Es vergonzoso pensar que nuestra justicia colombiana es la responsable de no concluir con castigo ejemplar, a quienes han cometido delitos contra el pueblo

Por: Francisco Alberto Bejarano Moreno
agosto 09, 2023
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
¿Para qué buscar el poder si todo lo han vuelto corrupción? ¿Para qué?

Asesinado Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, el ex presidente Darío Echandía pronunció una frase que hizo historia: “¿El poder para qué?”. Fue una frase pronunciada en un momento de desazón.

Esta frase era propuesta para una reflexión sobre el caos histórico de ese momento en Colombia, sometida por la pérdida de la esperanza por parte de un pueblo obligado por la imposición de intereses partidistas; los mismos, que enceguecían con la discordia, el odio y la venganza, a una sociedad totalmente ignorante. Echandia en medio de ese fenómeno social solo llamada a la reflexión para parar la violencia.

Lástima que las dirigencias políticas no entendieron y continuaron en lo mismo con las mismas hasta el día de hoy. Muchos muertos se han ocasionado por perseguir a los corruptos que están sentados con el poder haciendo lo que se les da la gana, mientras el pueblo espera con calma soluciones a sus problemas sociales, que nunca llegaran, porque el poder los tiene enceguecidos, al punto, que los gobenantes se creen dueños de cada centímetro de tierra colombiana, que no les pertenece.

Hoy de nuevo un presidente, Gustavo Petro Urrego, de la izquierda, elegido por voto popular, le enseña a sus mismos seguidores a aceptar que la mentira utilizada en el poder no es del pueblo sino del que lo tiene, por la confianza depositada en las urnas.

El hijo del presidente dicen algunos en las redes sociales, merece ser el más respaldado y premiado por haber contado la verdad sobre la corrupción en las campañas electorales, en donde de nuevo el dinero del narcotráfico permea en una campaña millonaria salpicada por el embajador Benedetti y otros funcionarios presidenciales, que escondidos o fugados del país, no dan la cara sino pretenden volarse, para hacer lo de siempre, que es esconder la verdad que le está causando tanto daño al pueblo colombiano que sufre de estrés político.

Seguramente pasara como en otras ocasiones en las que el congreso, las cortes y los entes de control, hacen lo mismo para continuar alcahueteando esa falta de moral por quienes el pueblo elige entregando la confianza y la esperanza, para encontrar un cambio que por ahora no parece llegar, con un gobierno que pasado un año, no encuentra el verdadero camino, que nos conduzca a una paz total, que por lo que vemos nunca llegara.

Como siempre, el dueño actual del máximo poder, negara su responsabilidad, como se ha hecho en otras ocasiones; en Colombia el que delinque, dice que él no fue, o que no ha hecho nada malo; esconden las pruebas con la anuencia de la justicia que nunca llega, porque son igual o peor que los que ostentan el poder y  los mantiene millonarios.

¿Cuántos candidatos al congreso o congresistas han sido denunciados y perdonados aunque hayan cometido delitos contra la ley pública?

La historia nos cuenta, como en épocas de antaño por ejemplo el sentenciado a muerte Francisco de Paula Santander, fue castigado con la horca por cómplice de asesinato contra Simón Bolívar el 25 de Septiembre de 1828.

Los arreglos entre los del poder, cambiaron la condena por el exilio. Después regreso al país y se convirtió en el segundo presidente de la Nueva Granada.

El General Gustavo Rojas Pinilla fue encarcelado por una posible conspiración para tomarse el poder. Fue encarcelado en el mar caribe en la fragata Capitán Tono; después fue a una prisión improvisada en Galerazamba, y fue liberado el 13 de enero de 1958.

Tras derrota en combate, fueron procesados los expresidentes José María Melo, en 1854, José María Obando, en 1855 y Tomás Cipriano de Mosquera, en 1864.

Después llegó el proceso 8.000, contra Ernesto Samper, por el presunto ingreso de dinero del narcotráfico a su campaña en 1994. Dos años después, la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes archivó los cargos.

El presidente Álvaro Uribe Vélez, fue el primer presidente encarcelado en prisión domiciliaria de este siglo; aun su caso está pendiente y no se sabe cuál es el verdadero delito porque la justicia no lo ha determinado.

El expresidente Santos fue investigado por haber recibido dineros del Odebrecht; aunque su director de campaña comprobó el ingreso de estos dineros ilícitos archivaron su caso.

El expresidente Iván Duque, también fue presuntamente ayudado de haber tenido relación con los dineros de Odebrecht pero igual, su caso no fue investigado.

A precandidatos como Oscar Iván Zuluaga que no gano el poder, lo investigan por dineros de Odebrecht.

Es vergonzoso pensar que nuestra justicia colombiana es la responsable de no concluir con castigo ejemplar, a quienes han cometido delitos contra el pueblo colombiano; pero es más responsable el pueblo colombiano, que le ha entregado el poder en todos los rincones del país, a gobernantes y funcionarios públicos que se roban todo y mantienen el desorden y delito vigente a cambio de dineros ilícitos.

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