No mueren los sembradores de valores, pues siguen aferrados en la cultura de la humanidad, los que dejan legado que dan la cara amable por esta marchitada Colombia, inundada de corruptelas, de Neo y viejo paramilitarismo, estos héroes seguirán viviendo en la historia, pero como hoy a Gabo , le llegó el momento de descansar y el derecho a no tener que respirar el hedor que generan los residuos atómicos, los lixiviados, el cianuro, el mercurio y la cicuta, que se exparcen en nombre de la democracia, que para desgracia es tan inexistente, que ni siquiera tiene un suspiro para rechazar estas bofetadas que laceran a la mayoría de los habitantes del planeta, que sentimos la desaparición física de uno de nuestros grandes hombres, Gabriel García Márquez.
Señora esposa de José Felix Lafaurie, que tristeza , que amargura, que desesperanza, va a representarnos en la Cámara, con ese odio guerrerista que usted lanza por las redes sociales, y que seguramente va a ser pagada por nosotros, para en el recinto legislativo que la espera, seguir lanzando dardos llenos de odio, para aquellos que la historia reconoce desde todas las corrientes del pensamiento , como nuestro gran Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.
En aras de una Cámara y Senado, que ójala mire y ponga sus ojos en el momento histórico en que vivimos, abra los brazos de la fraternidad y de la hermandad entre los pueblos, muy especialmente de nuestra Colombia y América Latina.